Porque la sabiduría de la Cabalá está más allá del Majsom (barrera), más allá de la frontera con el mundo espiritual. Si trasciendes el Majsom, puedes acercarte a esta sabiduría y usarla, pero sólo en la medida en que adquieras un Masaj (pantalla). Sin embargo, no necesitas Masaj
para utilizar la ciencia externa. Así que ¿por qué no está prohibido
usar la ciencia externa de la manera en que está prohibido el uso de la
sabiduría de la Cabalá?
Nuestros
sabios se limitaron a sí mismos y prohibieron la difusión de la
sabiduría a la gente. Para empezar, ¿por qué no hubo una restricción
natural? ¿Por qué la gente no pudo usar las fuerzas de la naturaleza de
acuerdo a su desarrollo espiritual y mental? Si hubiera tal prohibición,
nunca hubiéramos alcanzado el reconocimiento del mal y este es el
propósito de la existencia de este mundo. Tenemos que permitirle al ego
cierta libertad para que las personas que están inmersas en él puedan
descubrir el mal en su existencia, y tengan deseos de superarlo.
Si se
limitara el ego, la persona no tendría opción y no podría reconocer el
mal. No habría nada que pudiéramos hacer en un mundo así. Imaginemos que
no podemos hacer nada malo; en ese caso, sería imposible reconocer el
mal. Viviríamos como animales; como los otros niveles de la naturaleza.
La
persona en nuestro mundo es diferente al resto de la naturaleza, porque
usa su fuerza egoísta para llegar a logros científicos. La fuerza del
ego está en su corazón, es su egoísmo y el desarrollo de la ciencia es
útil para agrandar su ego, porque el deseo de recibir está antes que la
mente y la controla. Esta es la razón de que si una persona tiene un mal
deseo; también su mente se vuelve mala y piensa en cómo se puede usar
la ciencia para su propio beneficio, pero, de hecho, es con el fin de
dañar a otros.
El
propósito del desarrollo de las ciencias externas es alcanzar el
reconocimiento del mal. Esto es precisamente para lo que existimos: para
darnos cuenta de que no vamos a llegar a una buena vida a través de la
ciencia ni por sobresalir en algo. Este es el significado del
reconocimiento del mal, descubrir que, en realidad, cada fenómeno nos
perjudica porque lo usamos de manera egoísta y, no podemos hacerlo de
otra manera.
La
ciencia siempre ha sido el orgullo de la humanidad, pues la hemos
desarrollado por nosotros mismos y es el fruto de nuestra inteligencia,
de nuestro desarrollo interno, espiritual y mental. Esto distingue al
hombre del animal. Pero de pronto, resulta que la ciencia, realmente nos
convierte en criaturas miserables, por debajo del nivel de los
animales. A esto se le llama reconocimiento del mal, un resultado que no
podemos creer. Después de todos los grandes esfuerzos que hemos hecho,
durante años con esperanza de poder controlarnos a nosotros mismos y a
la naturaleza, nos encontramos humillados por el mal en nosotros.
Siento
que un burro se sienta en mi cuello y que lo cargo. Esta es la razón por
la que no queremos desarrollarnos más y nos sentimos decepcionados. Ya
no sentimos el mismo respeto que teníamos en el pasado por científicos y
filósofos. Ya no hay nada sagrado ni autoridad para el hombre moderno,
intencionalmente ignoramos todo lo que pertenece al nivel humano,
incluso música y literatura. No nos importa nada porque estamos
decepcionados por todo, lo único que esperamos de nuestro desarrollo, es
daño.
Esta es
la sensación que se está extendiendo en la humanidad. Ya nadie se
impresiona por grados académicos como doctorados en ciencias, profesores
ni por títulos como presidente. Ya no hay respeto para ninguna
posición, realmente esto es algo bueno, pues es seña de que, por fin,
hemos llegado a la sensatez y nos hemos dado cuenta de que hemos
utilizado las herramientas a nuestra disposición para llegar al nivel
más bajo posible.
Los
jóvenes de hoy no quieren estudiar ni trabajar ni tener ninguna
responsabilidad. El noventa y nueve por ciento preferirían no levantarse
del sofá si hay alguien que les encienda el televisor y les dé de
comer. Esto es bueno y natural porque así es como llegamos al
reconocimiento del mal.
Hay dos
períodos en el desarrollo de la ciencia: el primero -en el que nuestros
sabios ocultaron la sabiduría; un período que duró hasta los siglos XVI o
XVII, hasta la época de la Ilustración. Luego, la sabiduría de la
Cabalá salió de su escondite y después del Ari, todo el mundo empezó a despertar. El tiempo comenzó a avanzar cada vez más rápido hasta llegar a la crisis actual.
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