El punto es que en la persona, hay una debilidad inicial que se opone a
los esfuerzos que le permiten entrar a la tierra de Israel. Después de
todo, ¿cuál es la diferencia entre el desierto y la tierra de Israel? En
el desierto, sólo puedes estar en el nivel de Bina, pero, cuando entras a la tierra de Israel, debes ascender al nivel de Jojma
porque ahí comienzas a trabajar con los deseos egoístas. Aparecen ante
ti y te das cuenta que ahora es un paradigma totalmente diferente, una
actitud totalmente diferente hacia el ego. Ahora, puedes comenzar a
sacarlo otra vez.
Adquiriste
el ego en Egipto y lo absorbiste. Estabas bajo su dominio y,
eventualmente, lo hiciste incluso más egoísta que los mismos egipcios.
Además sacaste de Egipto sus vasijas. Has negado tus deseos egoístas
durante 40 años de deambular en el desierto y has aprendido a elevarte
por encima de ellos, hasta que en realidad, tuviste éxito Entonces, hubo
una ruptura y ya no los usaste en absoluto. Ahora, cuando entres a la
tierra de Israel, elevas el Egipto dentro de ti una vez más, gradualmente, revives el ego y comienzas a usarlo otra vez.
Sin
embargo, ahora lo diriges hacia la tierra de Israel mientras el deseo
egipcio es transformado totalmente y dirigido hacia el Creador, al
atributo de amor y otorgamiento. Entonces, los gigantes (es decir, todos
los obstáculos) nos parecen increíblemente grandes porque, tras estar
en el desierto donde nos habíamos acostumbrado a comer MAN
sólo en relación al Creador y siempre habíamos aspirado a llegar al
nivel de otorgamiento, necesitamos despertar de nuevo al faraón dentro
de nosotros, para liberar este perro malvado y comenzar a trabajar con
él.
Esos son
los deseos egoístas más terribles que necesitamos aprender a superar.
Por lo tanto, se dice que siete naciones guerreras nos esperan en la
tierra de Israel, con las que debemos pelear y conquistar.
Así es
como Egipto funciona en nosotros y por lo tanto, cada día, la persona
debe imaginar que acaba de salir de Egipto y así, construir la tierra de
Israel haciendo exterior el ego interior. Entonces, el Monte Sinaí se
vuelve una montaña sagrada sobre la cual es construido el Templo.
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