Cuando los espías estaban recolectando
fruta en el valle de Eshkol, tres gigantes, que estaban viviendo en los
alrededores de Hebrón les ponían atención. Ellos eran Ahiman, Shesai y
Talmai, los tres hijos de Anak, el más alto de todos los gigantes. Eran
los únicos que quedaba de los antiguos gigantes que nacieron después de
la generación del diluvio. Cuando los gigantes se acercaron mucho, todos
los espías se desmayaron excepto Joshua y Caleb… cuando vieron que los
espías desmayados yacían en el suelo, los reanimaron. Ellos hablaron:
‘¡Vemos que vinieron aquí a cortar los árboles que nosotros adoramos y a
destruir nuestras estatuas!’ gruñeron los gigantes. ‘No’, respondieron
los espías, susurrando, ‘Sólo tomamos algunas frutas’ Los gigantes
respondieron firmemente: ‘¡Largo de aquí! Su Dios pronto los traerá a
esta tierra y entonces tendrán bastante tiempo para cortar nuestros árboles’ (De las palabras de “Midrash Rabá”, Parshat Shelaj).
El Midrash Rabá, justo como la Torá, habla acerca de nuestras características internas. En particular, aquí está hablando de nuestra necesidad de elevarnos de Maljut a Bina de la característica de recepción a la característica de otorgamiento y de pronto, nos tropezamos con una fuerte oposición.
Los gigantes son mis gigantescos deseos personales que debo corregir. Es así, porque sin ellos no podré existir en el nivel de Bina. Entonces las características mismas fueron creadas así, para que, sólo superándolas me eleve a ese nivel. Un “gigante” simboliza algo grande, inmenso. Requiero de un gran ego, deseos enormes que me parezcan gigantes.
La característica de Bina
es la característica de otorgamiento pleno, algo que es muy ligero y
suave, que se derrama como agua, que reanima y calma todo. Y de pronto,
con el fin de alcanzarlo, debo, de alguna manera, superar a los inmensos
gigantes. Pero los gigantes no son características rudas; más bien, son
características de Bina.
Si las uso correctamente y las recibo dentro de mí correctamente, no me
molestarán. Pero en el momento en que comienzo a decir que no quiero
corregirlas hasta su nivel, en ese momento se levantarán contra mí.
Entonces, los gigantes dicen a los espías
que aún así regresarán a esta tierra. En otras palabras, esas
características que se encuentran en nosotros saben todo desde el
principio porque están diseñadas para proteger este nivel y hacer
posible la entrada sólo para aquellos que estén preparados para el nivel
de Bina. De esta manera, con el fin de elevarnos al nivel de la tierra de Israel, debemos superar enormes deseos egoístas, especialmente aquellos estados que son como ‘Hebrón’ o ‘Shejem’.
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