¨No nos merecemos el gran honor de ser líderes del pueblo¨, y el Creador
dijo: ¨Ustedes se humillan a sí mismos entonces, yo los levantaré por
encima de todos los ancianos¨. Cuando los ancianos se pararon delante
del Santo de los Santos, Eldad y Medad recibieron el espíritu del
Creador y empezaron a profetizar.
Eldad profetizó: Moisés dejará este mundo y Josué, su sirviente, le sucederá.
Josué
llevará a los judíos a la tierra y la conquistarán. Como una recompensa
por la humildad de Eldad y Medad, sus profecías se elevaron por encima
de las profecías de los ancianos. El espíritu santo que descansaba
sobre los ancianos hacía posible que ellos predijeran sólo el futuro
cercano, mientras que Eldad y Medad profetizaban el futuro lejano, hasta
el periodo de la guerra de Gog y Magog (De ¨Midrash Rabba¨, Parashat Bejaalotjá).
Esto no
habla de dos profetas viejos sino de características especiales. Moisés
recibió sus características claras, su destino, su rol, porque esta era
la característica de Biná.
Por encima de esta se encuentran Jojmá y Kéter, que son sistemas muy serios y elevados.
Además
de esto, descendió una Luz única de arriba que produjo las dos
características, ¨Eldad¨ y ¨Medad¨. Es decir, muchos sistemas de
liderazgo descendieron desde arriba.
El rol de Moisés es remover de Faraón
todos los deseos del alma humana general, de Egipto, a través del éxodo
de Egipto, abriendo el Mar Rojo, permaneciendo delante del Monte Sinaí y
cruzando el desierto hasta entrar en la tierra de Israel y nada más
allá de esto. Moisés habla en la Torá sólo de este camino. Pero, de este
camino todo lo demás también puede aclararse a nosotros; porque después
de todo, la Torá empieza desde Adam, el primer hombre que alcanzó el
pensamiento de la creación. También hay otras fuentes que no se refieren
a las personas como personajes sino más bien a fuerzas de gobierno que
funcionaron más allá de Moisés.
Es más,
no hubo profeta más grande que Moisés. Pero, Eldad y Medad se
encontraban un poco al costado y profetizaron sobre el futuro después de
Moisés. Entonces, nos parece que uno de ellos tuvo que ser más grande,
alguien tuvo que ser más pequeño, aunque la Torá no habla de un nivel
como este.
Simplemente
habla de la existencia de las cadenas paralelas de liderazgo que
incluye a Moisés, setenta sabios, Eldad y Medad quienes más tarde
entrarían a la tierra de Israel y conducirían al pueblo por un tiempo
hasta la construcción del Templo. Esto significa que Eldad y Medad
estaban bajo el gobierno directo del Creador y caminaban en paralelo a
Moisés.
Aprendemos lo mismo en el ¨Estudio de las Diez Sefirot¨, en el que dos grandes sistemas: Abba e Ima,
son descritos. Estos no son personas sino, características del Creador
que se dividen en otorgamiento y recepción. Hay una división entre ellos
que van en paralelo a las líneas regulares. Necesitamos entrar en este
espíritu gradualmente y entender que la Torá ni siquiera habla de las
características de una persona sino, de la conexión entre las personas.
La Torá está designada sólo para que alcancemos esta conexión; en esta
encontraremos todo sobre lo que habla, todo el camino hacia la
completitud de la corrección y, simultáneamente empezamos a alcanzar los
niveles más altos: un estado por fuera del tiempo y el espacio.
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