Esto significa que quien
quiera que fuera, aunque sea sólo un hombre en la generación,
que fue recompensado con expandir esa alma por él mismo, él será capaz
de recompensar a toda su generación, ya que todos los que estan
obligados, eximen al público a través de su deber y él puede hacer mucha
oración y mantenerse así hasta que recompensa a toda su generacion.
En el artículo 600,000 almas,
Baal HaSulam nos habla acerca de la estructura del alma en su forma
completa e íntegra, cuando sus partes son mutuamente interdependientes,
cuando no estan separadas sino que son una sola estructura que vemos
dividida, rota y alejada a grandes distancias, solo por nuestro ego
corrupto.
La verdad es que todos estamos en un sistema maravilloso, en una alma llamada Adán. En un principio esta estructura fue llamada Adam HaRishon (primer hombre), fue la estructura que el Creador creo, despues se rompio.
Tenemos que reconstruir esta estructura,
es decir, llegar a la misma sensación, al mismo reconocimiento, pero
por nosotros mismos. Esta es la razón por la que no alcanzamos la forma
de Adam HaRishon, sino la forma de Adán, aquella es 620 veces más entendimiento y siente al Creador dentro de sí.
Al estar todas las partes
interdependientes y conectadas entre sí, cada una corrige a todas, por
que una parte no puede ser corregida sin corregir su incorporación a
todas las otras partes, hasta que todas responden y se incorporan.
Esta es la razón por la que cada parte
se se transforma en un todo, sólo si toda la estructura es integral. En
esta estructura hay diferentes papeles importantes pero estas funciones
se satisfacen en la incorporación mutua. Hay profetas y Moisés es el
principal, sacerdotes y Levitas
-cabalistas de todas las generaciones que han logrado unir el alma y
estan incorporados en ella, es decir, en roles que son diferentes
niveles espirituales, de acuerdo a su importancia en el sistema.
Hay varias fases en la incorporación mutua: tres veces dos mil años o 125 niveles.
Cada uno tiene que ser corregido para que todos puedan ser corregidos.
Sólo si cada uno corrige a los demás, excepto a sí mismo, puede
corregirse. Esta es su intención.
Tiene que someterse a sí mismo ante
todos para corregirlos. Esta es su tarea al cuidar de ellos, en
aceptación, en sumisión. Por otro lado, tiene que elevarse por encima de
todos, para poder ver que todos dependen de él. Después de todo, el
Señor lo ha elegido y tiene que corregirse a sí mismo, porque nadie más
puede corregir su parte.
No hay diferencia en quién sea: si está
sentado detrás de la piedra de molino o es un príncipe. Despues de todo,
hay una correlación inversa entre la Luz y las vasijas y, en la vasija
general todas las partes son igualmente importantes en la corrección
final. Si una parte no está corregida, su incorporación con todas las
otras partes no se corrige.
En consecuencia, ninguna parte está
corregida, falta esta parte y tampoco puede corregir su incorporación a
las otras partes. Es una reacción en cadena y, eventualmente, todo el
sistema puede dañarse como resultado de un pequeño componente sin
corregir.
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