Al final, de todas formas tomaremos conciencia de la necesidad de la unidad pero bajo el costo de horribles golpes.
Es como
los niños que no quieren escuchar a sus padres que les urgen a ser
amigables unos con otros. Tras muchas peleas y heridas, de todas formas
gradualmente entenderán que es imposible jugar y desarrollarse solos y
tomarán el camino correcto.
Pero ese
camino hacia la conexión es llamado el camino del sufrimiento. La
sabiduría de la Cabalá nos advierte que este camino incluye guerras
nucleares mundiales, enormes sufrimientos, hambruna y epidemias. La
falta de nuestra conexión está evocando tales cambios en el clima del
planeta por lo que pronto habrá otra era del hielo. Los cabalistas nos
hablan de que si la humanidad
no quiere unirse voluntariamente, tendrá que hacerlo de todas maneras
pero, sólo con un puñado de personas que sobrevivirán tras todos esos
terribles eventos y eventualmente llegarán a la unificación.
El hecho es que la unidad
es una meta de toda la evolución en la naturaleza, no sólo las
personas. Todas las formas de la naturaleza necesitan conectarse juntas
en un todo armonioso. En todas las partes de la naturaleza: en las
rocas, plantas, animales y en las personas, la armonía debe prevalecer
de tal manera que todos esos niveles se completen y apoyen entre sí.
Está escrito en Los Profetas que al final de la corrección del mundo, un
lobo habitará pacíficamente con un cordero, y un niño pequeño los
guiará.
Habiendo logrado tal armonía, unidad, conexión
y equilibrio, este mundo se transformará de la multitud de diferentes
partes en un organismo. Y un cuerpo que se siente como un todo comienza a
sentir un nivel superior de existencia que es llamado el Creador, la
fuerza superior. El nivel superior de la naturaleza contiene un
programa, como en una gran computadora, un cerebro que opera en nosotros
y nos lleva a la unidad y conexión, ya sea por un camino de sufrimiento
o al unirnos por nuestro propio acuerdo.
La primera vez que la humanidad comenzó a sentir la necesidad del método de unificación fue en la antigua Babilonia.
Hasta entonces, la unidad era natural, dado que vivían como una nación,
compartiendo todo. Aun cuando había diferentes comunidades, grupos
étnicos y clanes familiares en esta antigua nación, todos vivían en paz y
armonía. El egoísmo era muy pequeño.
Pero, el
egoísmo de pronto creció muy rápido y, en ese tiempo comenzaron a
sentir cuán divididos estaban y cuánto carecían de unidad. Así,
entendieron la necesidad de un método de conexión. Todo esto sucedió
hace cerca de 3,500 años. Parte de los babilonios sintieron la necesidad
de este método y, desde entonces llegó a revelarse la sabiduría de la
Cabalá, la cual explica cómo hacerlo.
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