De pronto ellos vieron que allí vivían gigantes que no les permitían entrar ni acercarse a aquellos frutos.
Esto
significa que para conquistar esta tierra y descubrir la grandeza del
mundo espiritual, tenían que luchar contra deseos egoístas muy grandes
y, gradualmente, superarlos. Pero, la persona no tiene el poder para
superar incluso el deseo egoísta más pequeño, dominarlo y conquistarlo.
La persona necesita la ayuda de Arriba para hacer esto.
La
pregunta es cómo pide esto, ya que la persona no tiene confianza en
nada. Ella piensa: ¿Para qué podría alcanzarlo? En cualquier caso ¡es
imposible!
Resulta
que los frutos son maravillosos y la tierra en realidad es un paraíso
pero, hay gigantes en cada paso del camino y, ellos se sienten como
hormigas corriendo debajo de sus pies y podrían ser aplastados sin que
ni siquiera los gigantes se den cuenta.
Dice que
los espías tomaron un racimo de uvas que sólo podía ser llevado por
ocho personas juntas y con gran dificultad, lo cual muestra cuán pesado
era. De hecho es así, porque la persona se pesa a sí misma y entiende
que no puede sobreponerse a estos obstáculos y que en realidad necesita
ayuda de Arriba.
Así, el
pueblo empieza a quejarse: *¿Por qué Dios nos trajo a esta tierra?¨ Un
motín está a punto de empezar en el campamento de Israel: ¨Elijamos un
líder y regresemos a Egipto¨.
Después
de haber pasado tanto y haber alcanzado mucho, descubrieron que están
tratando con la fuerza superior que los conduce en la vida, que el
objetivo ha sido enviado y todo está planeado pero, sí de forma
obstinada se niegan a aceptarlo, ¡morirán en el desierto! De hecho, una
generación totalmente nueva llegó a la tierra de Israel.
¿Por qué
todos mueren en el desierto? Es porque no tienen suficiente poder para
avanzar y por lo tanto estaban condenados a morir. La Torá dice que cada año en el 9 de Av,
suelen cavar tumbas y recostarse en ellas. Aquellos que morían, morían y
aquellos que podían levantarse de la tumba, seguían avanzando.
Así se
forjó la nueva generación que se crió en el desierto y no tenía miedo de
nada hasta que alcanzaron las fronteras de la Tierra Prometida.
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