Dr. Michael Laitman en conversación con Oren Levy y Yael Leshed-Harel
Resumen
Carne y leche simbolizan las dos fuerzas que actúan en la naturaleza: más y menos, poder de recibir y poder de dar. Los peces kosher
tienen aletas y escamas, representan la característica de una persona
que no recibe placer para sí directamente, sino que funciona de acuerdo
al otorgamiento.
Carne simboliza un deseo egoísta, pescado simboliza un deseo más
pequeño y leche aún más pequeño, mientras que un cerdo simboliza el
mayor deseo egoísta.
Una
persona que siente el sistema superior aclara los deseos internos
mientras come, y el sistema superior comienza a vivir en ella, en el
interior, dentro de nosotros hay un poder que nos anima, le llamamos
‘Creador’. Si nos relacionamos con todo lo que está a nuestro alrededor
con amor, sentimos dentro el poder llamado Dios.
Sacrificio
significa que internamente la persona debe matar al animal salvaje,
usándolo correctamente, es decir, que su poder debe aumentar hasta el
nivel de Adam
(hombre). Nuestro interior, como la naturaleza, se divide en niveles:
inanimado, vegetal, animado y hablante. Los cabalistas descubrieron las raíces superiores y escribieron las leyes de Kashrut,
según rama y raíz, en la que el verdugo interno es la Luz que Reforma,
le corresponde a la persona invocar esta Luz para descuartizar a la
bestia interna.
Por
encima del sistema de fuerzas, hay una fuerza integradora y la persona
le pide que la corrija de acuerdo al sistema; no hay poder en la persona
para corregirse a sí misma; es toda ego, si quiere tener un alma, debe
aceptar esta fuerza correctiva. Estamos hablando del sistema de
administración y supervisión en la naturaleza que nos opera y dirige.
Al
sistema no le importa qué o cómo come la persona, sino que las leyes
dietéticas indican lo que la persona, como judía, debe hacer para
corregirse dentro de sí misma.
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