Dr. Michael Laitman en conversación con Oren Levi y Yael Leshed-Harel
Resumen
El dinero simboliza la fuerza de remuneración, es decir una persona puede tomar algo a condición de que pueda pagar por ello.
Por desgracia, no consideramos a la naturaleza así y no pagamos por
usarla, por lo que después tendremos que pagar un precio muy alto. Es lo
mismo cuando tratamos o pensamos mal de alguien. Con esto, lo dañamos y
tendremos que pagarle una indemnización.
Todos vivimos en un sistema global
cerrado, conectado a todas las otras partes en el universo. Por lo
tanto, si una persona recibe algo del mundo,
tiene que pagarlo; debe pagar su deuda y estar en equilibrio con la
humanidad y con la naturaleza. Una persona que cubre la deuda de su
existencia en el mundo vive una vida ideal y nadie le puede hacer daño.
El dinero puede garantizar a nuestros hijos una vida corporal cómoda, pero no la felicidad; la felicidad
depende de nuestra capacidad para adquirir algo eterno y surge del
reconocimiento de la norma que dirige la realidad. El objetivo de la
vida es cruzar a través de lo que nos limita y sentir el mundo aquí y
ahora. Este equilibrio da felicidad a la persona, mostrándole su lugar
en el panorama general.
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