En cada uno de los Mundos BYA, hay tres aspectos: Diez Sefirot. Las Almas y El resto de la realidadLas Diez Sefirot constituyen la descendiente luz pura en la forma de emanaciones gradualmente disminuidas. Así, en el grado de nuestra habilidad de comunicarnos con estas Diez Sefirot, percibimos la luz. Las Almas vestidas en estas Diez Sefirot existen dentro de la realidad que las rodea. De esta manera, un elemento está dentro del otro. Hay Almas de dos tipos: Superiores y humanas. En estados posteriores entenderemos la noción ‘Almas Superiores.’ El resto de la realidad circundante consiste de ‘ángeles,’ ‘vestiduras,’ y ‘palacios.’ Estas son las fuerzas espirituales inferiores que rodean el Alma humana. Sus nombres indican semejanza con nuestro mundo: ‘ángeles’ son similares a los animales; ‘vestiduras’ son fuerzas externas con respecto al hombre, pero muy cercanas a él; en similitud con nuestro mundo, ‘palacios’ son fuerzas que constituyen los alrededores más distantes. En cualquier caso, uno debe saber que, aunque ‘El Libro del Zohar’ explica meticulosamente cada detalle de cada mundo.Sin embargo, uno no debe engañarse a sí mismo pensando que todo es explicado acerca de todos los mundos. ‘El Zohar’ manifiesta y expone sólo, lo que concierne a un aspecto – las Almas humanas y completamente ignora todo lo que pertenece a las Diez Sefirot o que rodea el Alma (i.e. Almas Superiores, ángeles, vestiduras y palacios). Cualquier otro aspecto que pudiera ser expuesto o explicado es sólo por el propósito de entender qué es lo que el Alma recibe. ‘El libro del Zohar’ no menciona incluso una sola palabra acerca de algo que no se relacione a las Almas.
Estos tres aspectos fundamentales sirven como nuestro punto de partida:
. No pasa más allá del marco de la materia y forma en la materia;
. No pasa más allá del marco de los mundos BYA;
. No pasa más allá del marco de las Almas humanas.
Si permanecemos dentro del marco de estas tres limitaciones, entenderemos correctamente lo que ‘El Libro del Zohar’ desea proveernos. Así, recibiremos correctamente su mensaje a través del canal que desciende desde éste a nosotros y estableceremos contacto con el libro. No exigiremos ni algo que esté ausente en éste, ni tampoco algo que no necesitemos. Recibiremos de éste sólo lo que es necesario para nuestra corrección. Cada palabra en éste habla exactamente acerca de ello. Por ejemplo, si una persona con un marco mental filosófico trata de entender de manera abstracta lo que está escrito en el libro, definitivamente fallará. Por lo tanto, ‘El Zohar’ parece estar ‘oculto detrás de miles de puertas cerradas.’ Si la persona desea manifestar algo acerca de la forma abstracta y la esencia, pero aun no ha alcanzado el nivel espiritual necesario, no tendrá la posibilidad de hacerlo desde el nivel de nuestro mundo en manera de razonamiento filosófico. Para ese fin, tendrá que alcanzar el nivel apropiado en el Mundo de Atzilut o el Mundo de Infinito y empezar su investigación ahí. En general, ‘El Libro del Zohar’ no tiene nada que ver con estos asuntos; éste exclusivamente estudia el proceso de nuestra corrección. Una vez que nos hayamos corregido a nosotros mismos y logrado la Realidad Superior, lograremos todo el conocimiento adicional acerca de la forma abstracta, la esencia, los Mundos de Atzilut e Infinito, las Diez Sefirot, las Almas Superiores, ángeles, vestiduras y palacios. ‘El Zohar’ no puede hablarnos de todo esto hasta, que con su ayuda, corrijamos la materia y la forma en la materia, i.e., los mundos BYA, en los que nuestras Almas existen. Sólo después de que el deseo creado esté corregido será posible decir cómo éste logra los más altos niveles espirituales. Mientras el deseo continúe permaneciendo egoísta, no tendrá la posibilidad de entender algo por encima de su propio nivel. Naturalmente, no alcanzará el nivel de la forma abstracta o de la esencia en los Mundos de Atzilut e Infinito, porque esto ya significa poseer la cualidad de otorgamiento. Tampoco le será posible lograr lo que existe más allá de las Almas humanas, especialmente en las diez Sefirot divinas, en la luz pura que emana del Creador. ‘El Libro del Zohar’ está escrito en tal manera que puede adecuada y positivamente influenciar a la persona quien desea recibir su energía en la manera correcta, i.e., con el propósito de ser corregido. A menos que la persona tenga esa intención con respecto a ‘El Zohar,’ sólo pasará las hojas inconsciente del gran poder que éste libro emana. Es tan enfocado que su luz afecta sólo en la condición de aspiración por corrección y logro del Mundo Superior. El método de establecer contacto con la Fuente Superior de corrección es llamado Cabalà. Todo lo que éste incluye es entregado sólo para armonizar uno mismo con la Luz Superior. Ya sabes que las Diez Sefirot son llamadas Hochma, Bina, Tifferet, Malchut y su raiz, Keter. Son diez porque Tifferet consiste de seis Sefirot llamadas Hesed, Gevura, Tifferet, Netzah, Hod y Yesod. Recuerda siempre que cuando mencionamos las Diez Sefirot, nos referimos a HuBTuM. Esto es, Hochma, Bina, Tifferet y Malchut. Como regla, incluso el nombre Keter es omitido, porque Keter representa al Creador. Es logrado de las cuatro subsecuentes Sefirot: Hochma, Bina, Tifferet y Malchut. Keter no es siquiera denominado por una letra, sino por un punto de la futura letra ‘Yud.’ Esto es similar a la luz descendiente: en el momento en que comienza a crear algo, se convierte en fase uno. La luz por sí misma no es posible lograrla, por lo tanto no le ponemos atención. Podemos hablar de su cualidad de otorgamiento, cuando la sentimos dentro de nuestro kli. En la fase dos decimos que otorga placer sobre nosotros. Entonces en el primer caso, hablamos de lo que es la luz en sí misma y en el segundo – de lo que nos da.
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