Existe sólo una aspiración en contra de la cual todos los obstáculos y problemas son revelados, es la aspiración hacia la unidad. Si estás constantemente impulsándote a ti mismo hacia la unidad, entonces revelas las fuerzas peleando en contra de ello. Y entonces caes en cuenta de la necesidad de la ayuda de la Luz, del Creador. En esencia, la situación es muy simple. Sin embargo, no trabajamos con ella directamente, porque no tenemos las vasijas espirituales para esto, las “letras para trabajar” y es por eso que nos parece tan difícil.
Existió un deseo que estaba formado por numerosas piezas conectadas mediante la fuerza de la Luz superior. Esta estructura fue llamada, “El primer hombre”, Adam HaRishon. Este era un cuerpo, que consistía de piezas, granos de deseo soldados entre ellos. El pegamento que los mantenía juntos y los unía el uno al otro, era la Luz. Esta existía originalmente. Existía en una cantidad mínima, la cual es llamada la Luz Nefesh de Nefesh, pero no había necesidad de más, ya que los deseos eran también muy pequeños, sólo de la etapa cero (Aviut Shoresh). Así era Adam HaRishon antes de la transgresión, un ángel, una criatura superior que no poseía un deseo egoísta. Y de pronto, una fuerza de deseo despierta dentro de él, la cual parece ser buena y es llamada Java (Eva). Ella dice: “¡recibamos por el bien de otorgar, como en el mundo de Nikudim!” Y ahí están, los dos, Adam y Java, ellos quieren recibir la Luz superior por el bien del otorgamiento, es decir, llegar al gran estado, volverse adultos en lugar de niños pequeños. Ellos piensan que un gran estado significa un gran otorgamiento al Creador, ¡y esto es realmente así porque esto es recibir por el bien de otorgar!. Java es el segundo, tercero y cuarto niveles del deseo (Aviut Bet, Guimel, y Dalet), Adam era entonces, el 0 (la raíz) y el primer nivel (Aviut Shoresh y Alef), simple y puro. Y aquí aparece una mujer, la así llamada “ayuda en contra de él”, un grande y fuerte deseo, y dice: “¿Sabes lo que podemos lograr juntos?” (Un deseo fuerte es llamado una mujer, mientras que uno pequeño es llamado un hombre, aun cuando en nuestro mundo nos parece que es lo opuesto). Y en realidad, los dos pueden juntos recibir la Luz por el bien del otorgamiento, para todo el enorme deseo de disfrutar. Sin embargo, Adam tiene la fuerza de superar sólo su pequeño deseo. El Creador le dio todo esto: el deseo y la pantalla para este. Todo estaba en fusión con el Creador y en unidad, un maravilloso sistema. Y de pronto, el obtiene una adición de un gran deseo de disfrutar, para el cual no tenía la fuerza de unidad: el segundo, tercero, y cuarto niveles, como en un gran estado del mundo de Nikudim. Adam HaRishon no es capaz de tal unión con la Luz, no tiene la fuerza para ello y se rompe en pedazos, los cuales ahora llamamos almas separadas. Todas existían antes dentro de Adam HaRishon también, pero estaban pegadas, como el caviar dentro de una burbuja. Y de pronto, la burbuja explota y todos los huevecillos se dispersan. Así es exactamente como esas almas al principio están unidas una con otra, gracias a que la Luz superior las mantenía juntas, pero en un estado pequeño. Pero cuando un deseo de disfrutar explota dentro de ellas, se vuelve más grande que la Luz, la cual los mantenía unidos. Una explosión sucedió, los límites se quebraron y todas las almas salieron. Así es como Adam HaRishon cometió una transgresión y se fragmentó. A partir de ese momento, cada parte ha recibido un deseo en todos los niveles: 0, 1, 2, 3, 4. Este ya es un deseo no tan pequeño, el cual solía estar ahí antes. Toda esa Luz, que planeaban recibir por el bien del otorgamiento, se ha convertido en egoísmo dentro de ellos. Ahora esos deseos quieren disfrutar esa Luz por su cuenta. Resultó que existe un gran deseo ilimitado de disfrutar, oculto dentro de nosotros. No sabemos de este porque se nos ha dado sólo la capa más delgada, superior para sentirlo. Sin embargo, incluso esta capa está siendo revelada, sólo bajo la condición, de querer unirnos en ese sistema de Adam HaRishon. Y entonces los deseos rotos comienzan a ser revelados. El resto me corresponde a mí, a aquel que está dentro del diminuto caviar, uno entre miles de millones de personas, como en el caviar. Esos son sólo deseos animales, definiendo mi simple existencia, como la de un huevecillo de caviar. Y sólo si me uno con otros, revelaré la fuerza de fragmentación que necesita ser corregida.
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