“Mandamiento” en el lenguaje de la Cabalá significa la corrección
del deseo creado por el Creador. El deseo se desarrolla con la ayuda de
la Luz que influye en las cuatro fases de la expansión de la Luz. Al final, el
deseo de “infla” en un tamaño enorme y obtiene lo que la Luz está dispuesta a
darle: amor, llenado y abundancia. En un principio, el deseo era tan pequeño como
una gota de semen. Entonces, con la ayuda del amor se “infla” en una bola
enorme. Así, en algún punto, cuando el deseo siente del amor, de repente empieza
a darse cuenta que su propia naturaleza se opone a este. Este se “desinfla”
inmediatamente y vuelve de nuevo a su punto de partida. ¿Qué pasa con el amor sentido por el deseo? Se
convierte en temblor y temor, es decir, dentro de su limitado mundo propio. El
deseo no puede hacer frente a lo que recibió desde la raíz a través de las
cuatro fases de la expansión de la Luz y por lo tanto este se restringe. Hace un esfuerzo por manejar la situación,
obtener similitud y se combinan con la sensación anterior. Después de todo,
esta sensación es, de hecho, el alcance y la revelación del Creador y Su
Esencia. Así que el deseo trata de “inflarse” una vez más, ser semejante a Él,
cada vez más. Al principio, este realiza la corrección en los cinco
Partzufim del mundo de Adam Kadmon (AK), más tarde,
procede con NHY de AK con el fin de obtener la Luz de Jassadim
(misericordia) en el mundo de Nikudim, el lugar del mundo de
Atzilut.
Entonces este se vuelve incapaz de continuar con
este proceso, y se produce la ruptura: El deseo comienza a darse cuenta de que
sus propiedades no van a permitirle alcanzar el amor perfecto. Sin embargo, por
otro lado, el deseo adquiere una cierta sensación y comprensión, construye el
mundo de Atzilut (A) y BYA.
De esta manera alcanzamos la relación que
teníamos en el mundo del Infinito, en otras palabras, alcanzamos el amor. Por
esto nos esforzamos, observando y midiendo constantemente el nivel de amor que
hemos logrado alcanzar. Por esta razón el Creador hizo el grupo: Yo tengo
amigos, tengo alguien a quien amar. “Práctica con tus amigos y comprueba los
resultados que has recibido”, dice. “Cuando hayan logrado la interconexión
correcta entre ustedes, yo Me revelaré dentro de ustedes”.
El Creador rompió la vasija colectiva y hoy
somos un grupo roto. Al hacerlo, Él nos dio la oportunidad de sentirlo y
revelarlo a Él a través de la corrección que realizamos entre nosotros. Por
nuestra parte, nuestra disposición a amar es llamada la “vasija” y de Su lado,
Su disposición amas es llamada “La Luz”. Al final, ellas se encuentran: Nuestra
vasija corregida es la “divina Shejiná”, la asamblea de Israel y el Creador
se instala en ella.
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