La psicología habla de diferentes reguladores del comportamiento como la vergüenza, la sensación de culpa, el miedo, etc. Cada persona tiene esas sensaciones y estas tienen que ver con la ética. Por sí mismos, esos reguladores son neutrales ¿Pero cómo usarlos de forma adecuada? ¿Seremos capaces de usar adecuadamente las sensaciones como la vergüenza, la culpa, o el miedo?
Rav: Antes que nada, debemos enseñarles a las personas a tener una actitud objetiva hacia esas cualidades ya que son inculcadas en nosotros por la naturaleza ¿Cómo aprendes a usarlas? Necesitamos enseñarles eso. Antes que nada, debemos elevarnos por encima de ellas. Soy un humano. Todo esto existe en mí. Nada de lo humano me es ajeno. Entiendo y trato de entender todas mis cualidades positivas y negativas. No son mías, estas han sido inculcadas en mí por la naturaleza. Y lo mismo se aplica a todos los demás. Entonces, ¡tenemos que llegar a una armonía absoluta entre nosotros mediante el uso de todas y cada una de nuestras cualidades! Eso es todo. Gradualmente “sacaremos” nuevas y renovadas cualidades, miedos, preocupaciones y sentimientos de culpa desde dentro de nosotros. Y necesitaremos de alguna manera realizar de forma confortable este trabajo en nuestra amistad común, de una manera que ninguna de esas cualidades permanezcan dentro de mí, estas gradualmente saldrán de mí. ¿Un pequeño niño en los brazos de su madre se avergüenza de algo? ¡No, no se avergüenza de nada! Él carece de este concepto. Él está completamente desnudo y es completamente de ella. Similarmente, cuando hay un completo entendimiento, amor, sensaciones mutuas y necesidad entre ellos, nada es un tabú. Por el contrario, mientras más reveles de ellos, proporcionas una mayor oportunidad de aferrarse el uno al otro, como si fueran “garras” ensambladas juntas. Es por esto que todas nuestras cualidades negativas, que antes queríamos usar para aferrarnos uno al otro con el fin de obtener algo para nosotros mismos, están ahora comenzando a manifestarse como un enlace adecuado y bueno entre nosotros, por lo tanto no vemos nada malo en las cosas creadas en nosotros por la naturaleza. No seríamos capaces de conectarnos entre nosotros sin esas cualidades negativas. Cuando transformamos su uso de negativo a positivo, adquirimos la oportunidad de hacer contacto y de estar conectados. Es como si fueran ruedas dentadas. Si los engranajes son redondos, sólo tienen que deslizarse, para que las partes onduladas y las garras nos ayuden a conectarnos. Está escrito en la Biblia con respecto al egoísmo: “Te entrego una ayuda en tu contra”, Esta ayuda invertida, en realidad nos ayuda. Así que los dientes de nuestras ruedas son nuestras cualidades egoístas.
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