Cuando el Ser Humano descubre la verdadera esencia del Creador y se comporta segun esa naturaleza, de otorgante o dador, ese acercamiento es tan intenso, que se da cuenta que no necesita de su religion, esta permanece solo como parte de su entorno cultural y social en este mundo.
En la convención en el desierto queríamos recibir una energía tal que nos permitiera alcanzar la conexión. Creo que en realidad tuvimos éxito.
Creo que la convención fue especial, ya que hemos alcanzado un cierto nivel de adhesión y la Reshimó (reminiscencia) de esto permanece en nosotros, en todo el grupo y en cada uno de nosotros individualmente. Lo que ocurre en la espiritualidad no desaparece y esta Reshimó simboliza la vasija espiritual entre nosotros. Todos la sienten en cierta medida, más o menos, pero esta vasija ya existe. ¡Ya ha nacido! Pero de tal manera que tenemos que hacer un poco más de esfuerzo para aclararla, revelarla, y sentirla cada vez más claramente. Debemos relacionarnos con esta vasija general como con la Shejiná (Divinidad), con el lugar de la revelación del Creador. Cuanto más fuerte nos conectemos, más contento le damos a Él. Gracias a nuestra conexión, a la conexión de nuestros deseos, podemos darle contento al Creador y así comenzamos a sentir la Luz en nuestros deseos y por lo tanto nos sentiremos nuestro ascenso espiritual y la revelación del Creador a los seres creados. Debemos ser más sensibles, prestar más atención y tratar de manera más sutil el sentimiento general que nació dentro de nosotros. Ninguno de nosotros debe detenerse ni un momento en un lugar. Todo esto depende de que cambiemos las intenciones y no del número de acciones. Esto significa que depende de nuestra actitud hacia la conexión y de la unidad que hemos logrado. Hemos logrado la unidad y hemos creado una vasija y ahora la pregunta es: “¿Qué hacemos ahora con ella?” Esto es lo más importante: un cambio cualitativo en nuestro trabajo con ella. Esta es la aclaración, la búsqueda de una solución permanente. Tú mismo tendrás que pensar en eso. Si ahora yo te hablo de eso, estaré robándote tu esfuerzo. Es como traerle a un niño una caja con juguetes Lego y después empujarlo y empezar yo mismo a juntar los bloques de Lego.
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