¿La generación perdida de España? ¡No, encontramos una nueva generación!

En las noticias De ABC News: “Cerca de la mitad de los españoles entre 16 y 24 están sin empleo, el nivel más alto entre las 17 naciones que usan el euro. Es una imagen devastadora de una juventud arruinada que amenaza con distorsionar el tejido de España en los años por venir, condenando los sueños al fracaso, tensando las estructuras familiares y erosionando el bienestar de una población que envejece rápidamente”. Esto pone en riesgo a todo el sistema de asistencia social, expresó Gayle Allard, un especialista en mercado laboral de la escuela de negocios de Madrid. Los jóvenes que ahora salen al mercado son la generación perdida. Están perdiendo la ventaja de su juventud, la energía y eso no regreso. Las asombrosas cifras de desempleo, 48.6 por ciento de los españoles entre 16 y 24; 39 por ciento de aquellos entre 20 y 29, tienen terribles consecuencias para un país que se acostumbró a la prosperidad a espaldas de un”boom” de la propiedad que colapsó en el 2008. Los 1.6 millones de adolescentes desempleados y jóvenes adultos en la nación de 47 millones, están en riesgo de nunca tener un comienzo decente para su carrera. Probablemente no acumularán posesiones como sus propias casas o ahorros hasta que estén en sus 40. Y muy probablemente afrontarán tasas de impuestos mucho más altas para sostener el costoso sistema de asistencia social español. Más aun, se espera de ellos que renuncien a tener hijos o que tengan menos que sus padres, cortando con una tasa de nacimientos que ya está decayendo justo cuando la numerosa generación de “babyboomers” españoles comienza a retirarse. Esto significa que menos personas absorberán los costos de cuidar de las crecientes cantidades de pensionados. La ira y la frustración se han arraigado en los jóvenes. Miles erigieron campamentos de protesta la primavera y verano pasados en Barcelona en ciudades de tiendas de campaña ilegales, establecidas en las plazas centrales.
Mi comentario: Existe sólo una solución: cambiar la actitud hacia la producción, el trabajo, y la sociedad, es decir, hacia la vida en general. Estamos obligados a vivir en equilibrio con la naturaleza y la sociedad, recibiendo lo necesario, estar contentos con recibir las cosas razonables que todos los demás reciben, trabajar lo necesario para ello y usar los recursos naturales para cumplir con esas necesidades. La publicidad está prohibida; todo se corta hasta el nivel necesario, incluyendo la producción de drogas farmacéuticas dañinas. Para empezar, necesitamos describir la estructura de tal sociedad y crear un plan previo para la transición menos dolorosa hacia ello. Y todo el tiempo que quede libre (del 80 al 90% del tiempo de trabajo anterior), todo el tiempo libre de amas de casa, de las personas de edad mayor y de los niños, debe ser dedicado a la formación, organizada en centros comunitarios, enormes supermercados y centros comerciales vacantes, hoteles y antiguas madrigueras de vicio. España es un ejemplo y es el futuro de todos; ¡más aun, este es sólo el principio de, posiblemente, un futuro sangriento si no organizamos la educación de las masas!