¿De dónde viene esta separación en muchas partes, niveles, formas y
así sucesivamente? El hecho es que la Luz, la cual es otorgamiento puro
entra en el deseo, cuya naturaleza es la recepción. La Luz y la oscuridad estuvieron
conectadas entre sí a través de características opuestas en el momento
de la ruptura. Como resultado, todas las Luces están incorporadas en
todos los deseos individuales y forman innumerables combinaciones. Las
diferencias y las facetas en la comprensión, en la percepción
y en el análisis, en el ancho espectro de colores, sonidos, sabores y
olores se derivan de esto. Todo viene de las diversas combinaciones
formadas a través de la conjugación entre las Luces y los deseos. Es precisamente gracias a esta
multiplicidad, que nosotros descubrimos al Creador. De lo contrario nos
sentiríamos en la parte inferior del nivel inanimado de Maljut en el mundo del Infinito. Esta variedad hace que sea posible que
nosotros separemos capa tras capa con el fin de reconocer la esencia y
de distinguir las diferencias entre las posibles combinaciones de las
Luces y las vasijas. Así, nosotros comenzamos a descubrir al Creador en
contraste con la criatura: Evolucionamos de “la existencia a partir de
la ausencia” a “la existencia a partir de la existencia”, “formateamos”
la vasija, la Luz, la luz y la oscuridad. Este es nuestro trabajo.
Entonces, en la espiritualidad en cada momento llevamos a cabo miles de millones de correcciones, alcanzando los más pequeños detalles.
Esto es similar a la clasificación y a
la aclaración de la materia en nuestro universo. Esta parecía una tarea
imposible de realizar en el tiempo, pero no hubo la integración Mutua
que nos permitiera trabajar en todas las direcciones simultáneamente
para que incluso una pequeña acción produjera miles de millones de
resultados en todo Maljut. Hoy en día esta imagen todavía está
oculta de nosotros, aun mientras continuamos, nosotros aclararemos e
identificaremos componentes más sutiles y más profundos. Esto será
posible para nosotros cuando comencemos a distinguir entre el
otorgamiento y la recepción en cada parte.
Yo soy capaz de comprender en su forma
espiritual sólo un deseo corregido, como uno de los 613 deseos en los
que está dividido el Kli. Hasta la corrección yo sólo me enfrento a “un monstruo egoísta”, al Faraón
que no puede ser separado en partes, en el que nada puede ser aclarado.
Hasta que la Luz no llegue, yo no seré capaz de sentir ningún deseo y
de ver cómo activarlo en aras del otorgamiento, por encima de mi ego, no
podré percibir sus distintas facetas. Lo único que yo siento en Egipto
son las diez plagas
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