Nosotros
construimos esta comprensión gradualmente, con el tiempo. Las palabras
que usamos al principio y al final del camino son las mismas: otorgamiento y amor, pero al avanzar, sentimos más profundidad, una forma más adecuada en ellas.
Es como si tomaras una fruta cubierta
por capas de piel y gradualmente retiraras una capa tras otra. Es justo
en el medio, en el núcleo detrás de docenas de cubiertas, que
encontramos la fruta. Hacemos lo mismo cuando retiramos las cáscaras de
las palabras, sintiendo qué significa exactamente cada noción y qué se
oculta detrás de ellas. Cuando aclaramos una palabra o noción,
esto arroja luz sobre otras palabras también. Al fin y al cabo todo está
interconectado. Así, gradualmente comenzamos a entender de qué hablan
los cabalistas. Nosotros ya comprendemos esas ideas con
nuestra mente, pero aún no las sentimos. Esto despierta en nosotros un
deseo muy fuerte por alcanzar. Al avanzar nos volvemos “menos listos”.
Si no nos esforzáramos por revelar la espiritualidad ni tuviéramos un punto en el corazón
pronunciado, ardiente, continuaríamos nuestros estudios mediante el uso
del poder de nuestras mentes y aprenderíamos muy bien la teoría.
Incluso pensaríamos que sentimos algo. Nunca pasaríamos por el estado de
confusión interna, tampoco sentiríamos que existe una confrontación
entre nuestras sensaciones y nuestra mente. Entonces, progresaríamos de
acuerdo a un camino rígido, de un solo sentido y seríamos guiados sólo
por nuestro intelecto. Sin embargo, si nuestro corazón, mente
actúan simultáneamente y desarrollamos nuestra vasija espiritual,
siempre estaremos confundidos. Sentiremos que perdemos la agudeza de
nuestra percepción y que nuestro cerebro no progresa mientras
estudiamos, sino que se expande proporcionalmente con nuestras
sensaciones. La mente se vuelve una consecuencia de
nuestras sensaciones. La mente de la persona trabaja de acuerdo al
desarrollo en sus sensaciones, a la vasija espiritual delineada sólo por
las sensaciones, al deseo. En otras palabras, nos volvemos muy
primitivos en oposición a las personas altamente intelectuales que
piensan en asuntos complejos y aman filosofar. Nosotros somos listos
según el grado en que nuestro corazón pueda sentir. Esto es llamado “ser
sabio en el corazón” dado que es el corazón el que nos obliga a ser
listos sólo al nivel del corazón y no más alto que eso. ¿Qué tiene eso de bueno si perdemos la
agudeza de la mente y somos absorbidos por nuestras experiencias
internas, tratando de desarrollar sólo nuestras sensaciones? Por todos
los medios, haremos todo lo que esté en nuestro para poder desarrollar
nuestros corazones. De otra manera, permaneceremos confundidos e
incompletos, puesto que todo lo que recibimos viene de nuestras vasijas
espirituales, a través de nuestras sensaciones. En este mundo, nadie
considera intelectual a una persona que es dirigida sólo por sus
sensaciones. Al final, esta ambigüedad nos fuerza
urgentemente a expandir nuestras sensaciones, dado que entendemos sólo
lo que sentimos en nuestros corazones. El corazón no siente demasiado, sólo siente en una forma egoísta, primitiva, unidireccional y
estrecha. Esto explica el por qué no tenemos
opción: entendemos que debemos abrir el corazón. Experimentamos una
enorme presión que está volviéndose más fuerte debido a nuestro celo,
pasión, y ambiciones, la cual nos empujan hacia la revelación en el
corazón. Nuestra situación es desesperada puesto que el Creador bloquea todas las otras formas de nuestro desarrollo.
Es como si perdiéramos nuestra agudeza:
ya no escuchamos o sentimos. Existen personas que tienen una mente muy
aguda y que saben mucho de política, ciencia, cómo hacer buenos tratos,
etc. Ellas se convierten en personas cándidas que son dirigidas
solamente por sus corazones. En nuestro mundo, esto es llamado el nivel
animado, mientras que un ser humano es alguien dirigido por el
intelecto. Pero esta limitación fuerza a la persona a abrir su corazón y
a expandir su vasija espiritual a cualquier costo. De otra manera, se
siente mal porque no sabe qué es el otorgamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.