En la respuesta que él recibió decía:
“Esta serpiente, Moisés, realmente succionó de nuestro pecho. Un
madianita lo invitó a su casa, le dio a su hija como su esposa y le
proporcionó dinero”.
Proporcionar dinero significa suministrar un Masaj (pantalla) espiritual.
Moisés
construyó una pantalla contra su egoísmo, de otra manera no hubiera sido
capaz de oponerse al Faraón. Por cuarenta años, Moisés vivió en su casa
y usó los mismos métodos que el Faraón, obedeciéndolo automáticamente.
Después, él pasó cuarenta años con los madianitas y se casó con la hija
de Itró.
Durante
este tiempo, Moisés alcanzó tal nivel que pudo regresar al Faraón y
confrontarlo, en otras palabras, pudo rebelarse contra el egoísmo
universal. Itró le dio este método. Moisés comenzó a entender el idioma
del Creador. Cuando abandona la casa de Itró para regresar a Egipto, ya
tiene una conexión con el Creador. Desde la zarza en llamas, el Creador
le dijo: “Ve, Yo te guiaré”.
¡¿Después
de eso, qué tiene Moisés?! Su ego comenzó con un punto especial en el
corazón que estuvo bajo el control del Faraón por cuarenta años y bajo
el control de Itró por cuarenta años. Ahora, tiene 80 años, es decir que
ha ganado serias características egoístas y algunas de las
características de Biná, que estaban básicamente en el nivel de trabajar en beneficio del ego pero, él podía confrontar al Faraón.
Pregunta: ¿Qué significa que Itró, el madianita, le proporcionó a Moisés una esposa?
Respuesta: Significa
que le dio a Moisés un deseo completamente diferente que hizo posible
para él entender el lado del Faraón (egoísmo). Tras estar dentro del
egoísmo, era imposible entenderlo porque él tenía la mente y deseo del
Faraón. Moisés, siendo un hijo adoptado que creció en la casa del
Faraón, estaba completamente inmerso en el ego.
Sin
embargo, con Itró, recibió tal entendimiento del liderazgo que para él
se hizo posible confrontar al Faraón. Itró es el sistema principal de
liderazgo; el egoísmo que es llevado gradualmente hacia el altruismo, volviéndose más conectado con este.
Es como
una persona que ya está estudiando la sabiduría de la Cabalá y avanza
incluso cuando está enteramente en el ego. Sin embargo, ya entiende
algo, percibe algo, entra en un periodo de preparación y después, a un
estado de Lo Lishmá
(No por Su Nombre). Él comienza a entender el sistema, incluso cuando
este sistema aún es algo confuso para él. El hecho es que, incluso si
quieres manejar tu ego, aun así necesitas hacer esto con la ayuda de la
Luz. Cuando estás dentro del Faraón, no puedes manejarlo. Es sólo un
estado dañino, egoísta del cual no eres capaz de salir.
Cuando
comienzas a usar las características de otorgamiento y amor,
gradualmente te acercas al Creador, las características correctas de
liderazgo, aun cuando te atraen las fuerzas espirituales en aras del
ego. Sin embargo, ¡es precisamente de esta manera que comienzas a
aprender acerca de ellas! Se concluye que, te ensucias trabajando dentro
del ego, pero es con la ayuda de las fuerzas espirituales.
Esta es la Klipá
(cáscara), las fuerzas impuras, que gradualmente ayudan a moverse hacia
el verdadero otorgamiento y amor. Al principio, el otorgamiento no es
verdadero, pero aún así existe, al menos por el bien del ego. Es justo
de esta manera que nos movamos a través de una etapa intermedia llamada Lo Lishmá
(para sí mismo), pero es ahora con cierto tipo de contacto con el
sistema altruista, no con el inflexible Faraón que golpea con el ego. No
tiene nada más; él es completamente Klipá.
Sin
embargo, dentro del Faraón, las características altruistas que
trabajarán por él ya están manifestándose, las cuales son llamadas Erev Rav,
la multitud mezclada. Esas personas explotan el sistema cabalístico
para su propio bien, por el bien de su ascenso y engrandecerse a sí
mismos. Todas las religiones evolucionaron a partir de eso.
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