Cuando empezamos a estudiar la sabiduría de la Cabalá, este mundo
todavía me domina. Voy en bus o automóvil, hago las tareas de la casa,
voy al banco o a la oficina, miro distintas personas, lugares, noticias,
radio, televisión, internet con toda su confusión – Soy llenado totalmente por este mundo.
La
Cabalá trae consigo problemas distintos que están dirigidos a construir
un lugar vacío en nosotros, hacer un lugar, sacudirme y crear una parte
de mí que no pertenece a este mundo. Incluso cuando en este mundo
todavía estoy confundido y no me llevo bien con él, con el tiempo, me
separo de él hasta cierto punto. No es que no dependa de él sino que no
estoy dominado de forma automática. Aquí, este mundo no me domina y no
tiene los poderes con los que domina a todos en el mundo.
En
nuestra vida ordinaria todo está conectado: una persona que nace y crece
en la selva se comporta de acuerdo a las leyes de la selva. Lo mismo se
aplica a la selva urbana, de cualquier forma, el mundo domina a la
persona y la forma desde la infancia. Entonces, para darme la
oportunidad de mirar las cosas de forma más objetiva e independiente,
tengo que ser sacudido y hacer un lugar dentro de mí para otra
perspectiva, esto toma mucho tiempo.
Puedo acortar el tiempo con la conexión al grupo. Si estoy fuertemente conectado a los amigos,
me pueden ser enviados más golpes, más sacudidas y entonces avanzo más
rápido. Sin embargo, estos no son golpes ni problemas ordinarios sino
golpes en la relación que trato de fortalecer. Si en lugar de estrechar
mi conexión con el mundo, estrecho mi conexión con los amigos en el
grupo y me enfoco en eso, sentiré más golpes en ese aspecto y es aquí
donde tendré más discernimientos y más experiencia.
Es así
como acorto el tiempo: transformando los golpes y problemas externos en
internos, así los hago más cualitativos. Es imposible hacer eso sin
golpes, pero aquí llegan a ser útiles.
Empiezo a
preocuparme del grupo y a cuidarlo en mi conexión con los amigos, en mi
actitud hacia el estudio y la difusión y esto llega a ser lo más
importante para mí. Ahora, empiezo a mirar el mundo de una manera más
objetiva o al menos, desde un costado y no de acuerdo a mis
discernimientos previos del mundo, sino con nuevos discernimientos.
Ahora, empiezo a ver todo lo que ocurre por medio del principio de ¨no
hay nada más aparte de Él¨, por medio de los discernimientos del grupo, y
veo todo de forma opuesta.
Pero
esto ocurre muy lentamente. Primero inclino la balanza un poco cada vez a
favor de este mundo, lo que significa que miro todo con otros ojos; la familia,
el hogar, el estudio, los amigos, mi mundo, el banco y otras
instituciones como la oficina, los centros de salud, la seguridad
social, el sistema de educación, etc.
Siento
todo eso como un todo llamado ¨mi mundo¨, lo cual se aclara en mis
vasijas, en mis deseos pero, todavía tengo que ver el gobierno superior
que exige la misma actitud única de mí hacia todo. Por lo tanto, para
mí, toda la imagen llega a ser un lugar de encuentro con el Creador. Él
arregla todo y yo Lo revelo en cada detalle en este mundo.
Este es
un discernimiento muy bueno y deberíamos alcanzarlo tan pronto como sea
posible para que, desde ahora en adelante, empecemos a cuidar la fase de
Ibur (concepción).
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