El Dr. Michael Laitman en conversación con Oren Levi y Nitzah Mazoz
Resumen
Está escrito, “porque el árbol del campo no es un hombre” (Deuteronomio 20:19); pero debe entenderse precisamente de qué campo nace una persona. La sociedad humana se formó a partir de nuestros impulsos naturales, no de nuestro conocimiento del nivel de Adán (hombre). Adán
nació de un impulso por el desarrollo interno que existe dentro de
nosotros. Y su éxito depende de su capacidad para acercarse a lo útil,
evitar lo nocivos y ser exacto acerca de las definiciones.
Una
persona no quiere sentirse limitada. Siente que tiene todo, pero no
tiene nada. Este mundo se ha vuelto demasiado pequeño y quiere escapar a
la eternidad,
ver la verdadera realidad. Cuando quiere saber la razón de todo lo que
sucede y entender la ley general de la naturaleza, entonces se vincula a
un campo de conocimiento superior y eterno en el que crece como un
árbol del campo. Atrae estas raíces superiores y descubre la ley
perfecta de la conexión entre todos.
Nuestras raíces están en un nivel más alto del que estamos nosotros, al cual debemos penetrar en nuestro desarrollo.
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