El Dr. Michael Laitman en una conversación con Oren Levi y Yael Leshed-Harel
Resumen
La ciencia se desarrolló gracias al deseo humano de mejorar la vida y de su capacidad de descubrir el conocimiento, pero el ego, nuestro deseo, aún no era lo suficientemente grande para eso.
El conocimiento del alto poder, del sistema operativo del mundo, pone orden en nuestras emociones e intelecto.
Encontramos todo tipo de fenómenos y leyes de la naturaleza,
pero no nos hemos dado cuenta de la fuerza que nos controla; el
conocimiento superior se abre sólo cuando estamos preparados. Hoy en
día, incluso Aristóteles no comprendería lo que los niños de nuestros
días ya entienden; hay algo en la vida que necesitan saber y lograr.
Para llegar a nuevos conocimientos,
tenemos que convertirnos en gente nueva, abierta al mundo, para verlo de
forma integral y dejar de ver de todo, desde un punto de vista
estrecho, individual, sólo para el beneficio propio. El cambio esencial
es ver el mundo
como un sistema general único y esto depende de desarrollar el amor en
general, para todos. No estamos hablando de como lo conocemos, disfruto
algo y por eso lo amo; ese es amor egoísta, el amor es sentir que todos
juntos sentimos eternidad, integridad y un resplandor divino. No hay
mejor sensación que esta.
La razón de vivir y el por qué existe
todo, es revelado a la persona; por lo tanto, empieza a vivir una
realidad nueva, plena y eterna. El gran secreto de la vida es que,
realmente hay una entrada a otra vida, la vida presente es sólo una
preparación para acercarnos a ella.
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