Baal HaSulam, “Introducción al Libro del Zóhar”, ítem 26: Ya hemos dicho que el primer estado necesita del tercer estado, este debe materializarse plenamente como lo estaba en el Pensamiento de la Creación, en el primer estado, sin omitir ni una sola cosa.

Los tres estados de la Creación, el estado inicial (1), el estado intermedio (2) y el estado final (3) se obligan a existir entre sí. El comienzo de la creación está en Ein Sof (Infinito). En el segundo estado, nosotros (NOSOTROS) estamos en nuestro mundo. Entonces el tercer estado es el final de la corrección. Durante la transición del primero al segundo estado, nosotros atravesamos ruptura,  restricciones, durante la transición del segundo al tercer estado, pasamos a través, ascendemos y corregimos. Además, corregimos en el camino GE y luego AHP de Aliya. Así que avanzamos desde la Luz de Nefesh hacia las Luces de NRNHY.

 Debemos recordar que todos estos estados existen sólo en nuestra percepción, pero tenemos que usar todo lo que tenemos hasta que alcancemos un deseo que es llenado por un pensamiento. Esto se debe a que el deseo son emociones (un corazón)  el pensamiento es la mente. Estos tienen que conectarse de manera que en la conexión entre ellos nosotros alcancemos al Creador. Este se convertirá en nuestro estado final, y esta es nuestra meta de hoy. No sabemos qué viene después de eso, pero debemos saber que después del fin de la corrección nosotros iremos en una dirección desconocida. La creación continuará puesto que hemos corregido las vasijas, nuestros deseos. Es como arreglar un coche averiado y aprender a manejarlo: El trabajo está hecho, las reparaciones han sido completadas,  yo he aprendido a conducir. Me siento en mi coche perfectamente arreglado y ¿qué más? ¿Para qué corregí mis vasijas? Así que la equivalencia de forma con el Creador es sólo el comienzo. Entonces Él abre para mí la puerta de Su palacio y me invita a entrar.

Nosotros nos elevamos a Su nivel y no sabemos qué será lo próximo. Yo no veo nos han dado a entender con esto los cabalistas. Ellos insinúan que hay algo después, en términos que podemos entender. Nosotros simplemente no podemos comprender estas dimensiones.