Nosotros tenemos que trabajar duro, dado que es sólo el sufrimiento
del arduo trabajo nos hace clamarle al Creador con todo el deseo de que
el Creador nos salve del dominio del Faraón, rey de Egipto. Esto
significa es a partir de un estado de bajeza que la persona se siente
peor que todas las demás personas y esto la empuja a clamarle al Creador
con todo su corazón para que Él la ayude. Pero ella cree que el Creador
escucha su oración
ya que Él le ha revelado su mal y que Él seguramente la ayudará y
también la sacará del mal, lo cual es llamado redención. Esto significa
que ella cree que el Creador le permitió entender que está en el exilio y
que Él seguramente la sacará del exilio después de todo. Nosotros avanzamos por medio de dos
fuerzas, pero para aquellos que no saben hacia dónde ir, sólo hay una
fuerza que los empuja desde atrás y los obliga a seguir adelante. Ellos
están tratando constantemente de escapar de ella, tratando de salvarse
de la “rueda de la evolución” que los atrapa desde atrás y los empuja a
avanzar. Pero el camino de la Torá es
diferente al camino del sufrimiento. La persona recibe la sabiduría de
la Cabalá para que acumule la fuerza que ilumina ante ella y tire de
ella, con la esperanza de un futuro mejor, con grandes esperanzas,
ejemplos positivos, una sensación de admiración que se siente por medio
de la conexión y alegría espiritual. La meta debe ser lo más brillante,
atractiva posible y debe representarse como algo maravilloso y bueno.
Aunque el avance es por medio del ego,
el cual debemos rechazar constantemente, nosotros tenemos que tratar de
utilizar este método: atraer la Luz que Reforma, para que ésta haga
todo el trabajo. El enfoque aquí requiere sutileza, como en cualquier
cosa. Si ustedes saben cómo entrar en esto, entonces es muy fácil
hacerlo. Alguien que no sabe esto, siente grandes dificultades y
constantemente se choca contra una pared. Tenemos que organizar el entorno
adecuado en el que ustedes comiencen pronto a sufrir a causa de la falta
de conexión y debido a su envidia, lujuria y deseo
por el respeto. Ustedes verán que los demás tienen más éxito. Envidiará
a los demás, los cuales tienen éxito en la conexión con mucha fuerza y
ustedes también desean alcanzar eso. La envidia los obliga a exigir su
cambio. Ustedes ya saben cómo evocar la Luz que Reforma, empiezan a
cambiar bajo la influencia de la Luz y así avanzan. Lo principal es que
desarrollen la fuerza de atracción llamada “Yo lo aceleraré”. Esto se
debe a que las angustias, los sufrimientos, la fuerza natural de la
evolución “a su debido tiempo”, no depende de ustedes. Nosotros debemos
entender que el sufrimiento le llega a la persona con el fin de
despertarla; tenemos que desarrollar por nosotros mismos los dolores del
amor en vez de los sufrimientos corporales, para que en vez del mal que
nos alcanza, ilumine la bondad frente a nosotros.
En vez del transcurso natural en las
garras del tiempo, nosotros debemos elevarnos por encima del tiempo con
el fin de determinar por nosotros mismos el ritmo de nuestro avance.
¡Esto significa que todo está en manos de ustedes! ¡Tenemos que sentir
júbilo y la sensación de despertamiento, puesto que todo depende sólo de
nosotros! ¡Si lo queremos hoy, será hoy! ¡Si lo queremos realmente
ahora, será ahora! Todo lo que queremos alcanzar por el camino de la
Torá puede ser promovido y logrado.
Es muy importante enfatizar esto en el
trabajo: debemos operar e integrar todos los componentes, todos los
medios que tenemos en el camino de “Yo lo aceleraré” que nos ayudarán a
avanzar. Tenemos que desarrollar todos los medios y conectarlos
correctamente para poder ver que aquí hay cierto método, en vez de
seguir el camino del sufrimiento, al desarrollarnos bajo la presión de
nuestra naturaleza. La persona puede avanzar al elevarse por encima de
la naturaleza con el fin de avanzar ante ella y abrir las puertas para
ella.
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