Por supuesto, de lo contrario ¿cómo crece? Por eso se nos dice: “Aquel que es mayor que su amigo, su inclinación es mayor que él”.
Pregunta: Entonces ¿Cómo podemos restringir nuestro deseo?
Respuesta:
Yo no restrinjo el deseo mismo, sino más bien el uso del. Yo no quiero
que mi deseo se vuelva más pequeño o que desaparezca por completo. No,
yo me relaciono con él con todo el respeto que se merece, con amor
y no con odio, puesto que es ayuda en su contra. Deliberadamente
trabajo en mi mismo de esta manera de reconocimiento y trato de mantener
los límites de mi deseo en todos mis discernimientos. Estos se
convierten en un verdadero tesoro para mí y yo les doy gran estima. Entonces toda mi vida se vuelve algo muy
importante y precioso. Frente a mí, como si fuera un juego, está
pasando las piezas de este complejo mecanismo y yo no las neutralizo, no
las restrinjo; quiero elevarme por encima de ellas. Este es el ascenso,
el ascenso por la escalera espiritual. La restricción misma la hace la Luz y yo no hago el trabajo
de la Luz. Eso sería como ascetismo y no hay nada bueno en eso.
Nosotros necesitamos recibir las cosas como vienen, elevarnos por encima
de ellas y entonces utilizarlas en la forma correcta.
Pregunta: ¿Cómo sucede esto? Es muy fácil ahogarse en el interior de un deseo.
Dr: Laitman Yo todo el tiempo
pido estar en fe por encima de la razón, en la línea media. Mi deseo
que yo elevo por encima es la línea izquierda; el otorgamiento que yo
logro es la línea derecha. Y el orden de las relaciones mutuas entre el
otorgamiento y la recepción es llamado la línea media. Este mecanismo se
eleva cada vez más alto, como si fuera elevado por un gato [en
mecánica].
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