La criatura debe tener un largo viaje para lograr su propósito y elevarse al nivel del Creador, de la Luz y volverse igual a Él en su esencia y altura. Inicialmente, el deseo se desarrolla de acuerdo a las cuatro fases de la Luz Directa, revelando cuán opuesto es del Creador. Pasa por la Primera Restricción (Tzimtzum Alef) adquiere la pantalla (Masaj), comenzando a construir el sistema de ocultamiento en la relación entre ella misma y la Luz. Ellas están conectadas según el grado de habilidad del deseo de disfrutar, para volverse como la Luz y están ocultas según el grado de su falta de habilidad para ello. Esto es llamado la condición de equilibrio, la correspondencia de forma de la Luz y el deseo. Esto sirve como base para la construcción de la escalera de los grados. Justo en su cima, la vasija, el deseo, es absolutamente un cien por ciento similar a la Luz. Mientras más descendamos en esta escalera, justamente desde el estado más alto, más fuerte se vuelve el ocultamiento.
En la cima, existe un ocultamiento cero y un cien por ciento de deseo. En la parte más baja, existe cero deseo y un cien por ciento de ocultamiento. Si eliges un punto en el camino de arriba hacia abajo, estará parcialmente revelado y parcialmente oculto. Cierta parte de la Luz es revelada y el resto permanece oculta. Así son formados los grados espirituales y los mundos, es decir Adam Kadmon, Atzilut, Beria, Yetzira y Assiya. Todo es construido con base en la correspondencia, es decir, según el grado de similitud entre el deseo y la Luz. De esta manera, la escalera desciende al nivel de nuestro mundo donde el deseo se separa completamente de la Luz para volverse independiente. Parece que vivimos una vida que es completamente independiente de la Luz porque no sabemos nada de ella. Exactamente por esto, podemos comenzar a elevarnos desde este punto independiente que está separado de la Luz y llegar al estado de correspondencia con ella: cambiamos y nos volvemos más como esta. Esto es lo que significa elevarse por los peldaños de la escalera todo el camino hasta la total correspondencia. Esto es llamado la corrección final (Gmar Tikkun). El universo está hecho de tal manera que al principio es construido el sistema de ocultamiento, de Arriba hacia abajo. Al elevarnos de abajo hacia Arriba, necesitamos usar este ocultamiento para descubrirnos como similares a la Luz. La ley de correspondencia de cualidades permanece siempre. Después de todo, la razón para que el Creador creara a la criatura fue para complacerla, es decir, llevar a la criatura a un estado de absoluta correspondencia y adhesión con Él. Debemos realizar nuestra similitud con el Creador en cada estado, en cada grado. Para hacer esto, uno primero necesita valorarlo: desear llegar a ser como la Luz y hacer que esta le parezca increíblemente importante. La cualidad de la Luz, la cualidad de otorgamiento, debe llegar a ser la cualidad más honrosa y elevada ante nuestros ojos. Debemos esforzarnos por correspondernos con ella según el grado de todas nuestras fuerzas y habilidades, tanto como podamos. Aceptar esta condición y volverte como la Luz, el otorgamiento tanto como sea posible, es llamado “haz de ti un Rav” (importante, grande). Esto significa que esta cualidad de otorgamiento debe volverse más grande (Rav) que todas mis cualidades egoístas.
En la cima, existe un ocultamiento cero y un cien por ciento de deseo. En la parte más baja, existe cero deseo y un cien por ciento de ocultamiento. Si eliges un punto en el camino de arriba hacia abajo, estará parcialmente revelado y parcialmente oculto. Cierta parte de la Luz es revelada y el resto permanece oculta. Así son formados los grados espirituales y los mundos, es decir Adam Kadmon, Atzilut, Beria, Yetzira y Assiya. Todo es construido con base en la correspondencia, es decir, según el grado de similitud entre el deseo y la Luz. De esta manera, la escalera desciende al nivel de nuestro mundo donde el deseo se separa completamente de la Luz para volverse independiente. Parece que vivimos una vida que es completamente independiente de la Luz porque no sabemos nada de ella. Exactamente por esto, podemos comenzar a elevarnos desde este punto independiente que está separado de la Luz y llegar al estado de correspondencia con ella: cambiamos y nos volvemos más como esta. Esto es lo que significa elevarse por los peldaños de la escalera todo el camino hasta la total correspondencia. Esto es llamado la corrección final (Gmar Tikkun). El universo está hecho de tal manera que al principio es construido el sistema de ocultamiento, de Arriba hacia abajo. Al elevarnos de abajo hacia Arriba, necesitamos usar este ocultamiento para descubrirnos como similares a la Luz. La ley de correspondencia de cualidades permanece siempre. Después de todo, la razón para que el Creador creara a la criatura fue para complacerla, es decir, llevar a la criatura a un estado de absoluta correspondencia y adhesión con Él. Debemos realizar nuestra similitud con el Creador en cada estado, en cada grado. Para hacer esto, uno primero necesita valorarlo: desear llegar a ser como la Luz y hacer que esta le parezca increíblemente importante. La cualidad de la Luz, la cualidad de otorgamiento, debe llegar a ser la cualidad más honrosa y elevada ante nuestros ojos. Debemos esforzarnos por correspondernos con ella según el grado de todas nuestras fuerzas y habilidades, tanto como podamos. Aceptar esta condición y volverte como la Luz, el otorgamiento tanto como sea posible, es llamado “haz de ti un Rav” (importante, grande). Esto significa que esta cualidad de otorgamiento debe volverse más grande (Rav) que todas mis cualidades egoístas.
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