En las noticias de Spiegel Online . Los líderes de China están luchando con la disminución de la demanda, el aumento de la deuda y una burbuja inmobiliaria. Algunas fábricas están despidiendo trabajadores, sufriendo pérdidas financieras, o incluso el cierre, ya que las se secaron las órdenes de la Europa en crisis. Las tensiones económicas están frustrando los trabajadores y los consumidores del país, que amenazan a la clase política y al milagro económico de Beijing. La nueva crisis global ha llegado a China. Los problemas de deuda en Europa, el socio comercial más importante del país, están comenzando a dar escasas perspectivas aquí en el país que se ha vuelto efectivamente la fábrica del mundo. La inestable economía de Estados Unidos y la amenaza de una guerra comercial entre las dos superpotencias hacen que la situación sea aún más incierta. Este mes de octubre fue el tercer mes consecutivo en el que las exportaciones chinas disminuyeron. Junto con ello, las esperanzas de los fabricantes alemanes, de que el crecimiento del mercado de Asia podría ayudarles a salir de la crisis global, como lo hizo en 2008, también se evaporan. Muchos de esos proyectos de desarrollo, a menudo empresas megalómanas en un principio, ahora son pueblos fantasmas. Mientras que muchos en Occidente, mantienen la esperanza de que China pueda solventar el euro y la crisis de la deuda en dólares con sus reservas de divisas extranjeras, la brecha entre ricos y pobres en el país está creciendo. Esta vez China enfrenta a enormes retos consigo misma, una burbuja en el mercado inmobiliario y la deuda del gobierno local, que podría incluso suponer un riesgo para la economía global. Ahora los bancos estatales de China están pagando a sus clientes interés negativos y el mercado de valores de Shanghái es considerado un casino de alto riesgo, donde unos cuantos inversores gubernamentales principales se creen con poder de manipular los tipos de cambio a voluntad.
Mientras la dictadura de un solo partido mantuvo un crecimiento de dos dígitos, la mayoría de la gente aceptó su falta de libertad. Ahora, sin embargo, Beijing se enfrenta con un dilema. La dura represión policial difícilmente mantendrá bajo control, a largo plazo, las consecuencias del estancamiento de una economía. Pero tampoco son suficientes los subsidios del gobierno para estimular la economía. Al parecer, ni el dinero ni la fuerza serán de ayuda.
Mi comentario: La naturaleza nos lleva a un estado completamente nuevo, en el que tendremos que cambiarnos a nosotros mismos en vez de cambiar lo exterior. La humanidad debe volverse como las irresistibles fuerzas de la naturaleza: integralmente conectados en un diseño general, en cuidado, en cumplimiento y garantía mutua, reduciendo el creciente nivel de consumo a uno que sea razonablemente y luchando por una distribución justa universal.
Esto puede lograrse sólo a través de la educación universal, mediante la transformación de un ser humano egoísta en uno altruista. Aunque pueda sonar como una fantasía, pero el sufrimiento nos obliga a aceptar estas condiciones como obligatorias. Sin hacer que sea forzado, pero el comunismo consciente es un brillante futuro para la humanidad entera.
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