¡Felíz fiesta del amor!

De acuerdo a la tradición judía, el 15 de Av es una fiesta del amor. Las personas buscando el amor toda su vida y algunos dirían que es el bien más perseguido. No es fácil encontrar y aun así, las personas no se rinden y continúan buscando.

Incluso si fallamos una vez, seguimos con la esperanza de comenzar de nuevo y encontrar otro amor. Dicen que el amor es un milagro ¿Qué hace al amor tan atractivo que estamos dispuestos a llegar tan lejos para tenerlo en nuestra vida?

Dr: Laitman Las personas buscan el amor y no pueden encontrarlo porque eso es imposible en nuestro mundo. Después de todo, el amor es un resultado de la unificación de nuestro deseo, la base, el material fundamental y su satisfacción. En la ciencia de la Cabalá, el deseo es llamado vasija y la Luz deleite. La criatura es el deseo y el Creador la satisfacción.

Necesitamos alcanzar completamente este estado para que nuestro deseo se llene con la Luz Superior, se eleve al nivel de la fuerza superior tras crecer cuantitativamente y más importante, cualitativamente. Por eso, constantemente perseguimos el amor.

Necesitamos observar la raíz espiritual, sin la cual no podemos comprender lo que sucede. Existe un fenómeno importante en nuestra vida y nos cautiva a todos. Ninguno puede liberarse a sí mismo del amor. Al mismo tiempo, nadie sabe nada acerca de él.

Existen numerosas novelas y libros escritos, toneladas de películas hechos; toda la humanidad gira alrededor del amor y nadie sabe qué es. Todo eso es porque el amor viene de una fuente superior, del Creador, quien creó la fuerza inferior, la criatura, para que esta criatura deseé acercarse a su Hacedor y ellos se amaran el uno al otro.

¡Pareciera que nada puede ser mejor que eso! Es una historia muy conmovedora. Resulta que la fuerza superior nos creó para que nos acerquemos, abracemos y unamos en amor. Pero la verdad del asunto es que no entendemos qué tipo de amor es, porque el amor debe ser real.

Todos sueñan con el verdadero amor, especialmente las mujeres. Las mujeres sienten más necesidad por el amor, pero ellas tampoco saben qué es.

¡Verdadero amor significa que amo a alguien más y, no a mí mismo! Yo doy satisfacción a un compañero y no espero que me la den. Eso significa que no tiene nada que ver con sexo sino con querer sentir todos los deseos de otra personas y obtener placer de satisfacer esos deseos. Eso es amor.

Un amor asì no tiene que ser entre un hombre y una mujer. El que satisface a otro es llamado hombre y el que recibe la satisfacción es llamado mujer. Podría ser opuesto a nuestras cualidades psicológicas dado que es determinado por un principio espiritual que es más elevado que nuestros cuerpos físicos.

Con el fin de tener amor real necesitamos elevarnos por encima de nuestro egoísmo para, verdaderamente, amar a nuestro prójimo. En otras palabras, ya no amo a otra persona porque es placentera, dulce y trae satisfacción.

No veo rostro, ni piernas, ni cabello bonitos e incluso, la personalidad no importa. En otras palabras, no pongo atención a las cualidades externas o internas de una mujer. Sólo busco maneras de satisfacerla, elevándome por encima de toda actitud personal hacia ella, esta actitud personal siempre es egoísta.

En este caso, un hombre también puede ser un objeto de amor para mí y es por eso que en Cabalá hablamos del amor por los amigos. Acordamos construir relaciones de amor entre nosotros y por supuesto, no estamos hablando de ninguna conexión íntima.

Amor es cuando cada persona está dispuesta a revelar su deseo para que un amigo pueda satisfacerlo y el amigo también, me revela su deseo para que yo lo satrisfaga. Así, nos unimos en amor mutuo. El amor mutuo o recíproco es llamado “adhesión”.

Comprendo los deseos internos de mi amigo y los satisfago, él intuye mis deseos internos y me satisface. Aquí no hay diferencia entre hombres y mujeres de nuestro mundo. De esta manera, todos comienzan a unirse. Este amor está completamente separado de nuestros cuerpos y géneros animales.

En este amor, no puede haber uno que ama y otro que es amado. Cada uno de nosotros recibe y da amor.