A parte de esto (el MAN)
también ayudó a los jueces a resolver complicados problemas legales
como por ejemplo, a quién pertenece un esclavo. El juez simplemente
miraba en la entrada de la casa donde caía el MAN del esclavo en la mañana siguiente. El dueño del esclavo sería la persona en cuya entrada cayó el MAN.
El MAN resuelve todo problema entre las personas. Al elevar el MAN
elevamos nuestra plegaria para que venga la Luz Superior y nos llene,
proporcione el entendimiento, reconocimiento, sabiduría y habilidad de
tomar las decisiones correctas en la conexión entre nosotros, salud y
seguridad. Pedimos que esta debe hacernos perfectos, eternos, etc., lo
cual significa sin ningún defecto: físico, moral, o de otro tipo.
La Luz Superior llamada MAD desciende sobre nosotros en respuesta al MAN. Está descrita en la Torá como nuestro movimiento, dado que cuando nos movemos hacia atrás, hacia nuestro estado inicial, el MAD cae sobre nosotros como la Luz blanca que corrige todo y nos lleva a un solo estado completo. Esta es la razón de que el MAN resuelva
cualquier problema y conflicto entre las personas. Todos los problemas
desaparecen, pero la vida no se vuelve insípida, monótona o sin sentido
como resultado. Al contrario, comenzamos a ver un gran mundo ante
nosotros, el cual necesitamos explorar y en el cual tenemos que
encontrar defectos todo el tiempo y pedir verlos como perfectos. Cuando
sintamos que gradualmente nos volvemos perfectos también veremos que el
mundo es más perfecto.
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