Creo que esta tendencia se mantendrá y crecerá.
Las personas autistas son necesarias
para percibir el nivel siguiente. Pueden sentir varias realidades al
mismo tiempo, varios niveles de humanidad.
Estamos en una nueva etapa cualitativa de desarrollo humano.
Vemos que hemos perdido la conexión con este mundo. No podemos
encontrarnos en él. Nos asusta. Se agita todo el tiempo y hemos perdido
la forma precisas de cooperación mutua. Considero que las personas
autistas están más inclinadas que los demás, a percibir la siguiente
forma del mundo.
Están más desarrollados. Si tomamos a
una persona moderna y la comparamos con una incivilizada que vivió hace
miles de años, también le parecería extraño, lavarse las manos,
cepillarse los dientes, decir hola y adiós a todos, etcétera.
Por lo tanto, la aparición de tantos
niños autistas es una clara señal de un período transitorio. Sólo
debemos entender de donde se deriva esto.
Está conectado con el sistema ecológico
general, pero no hay necesidad de buscar una causa ya que todo el
sistema del mundo -los niveles inanimado, vegetal, animado y humano- se
mueven en paralelo y el hecho de que el número de niños autistas haya
crecido 50 veces en los últimos 30 años, muestra que vamos con pasos
gigantes hacia la siguiente etapa de la humanidad.
Creo que simplemente tenemos que
aceptarlo, por lo menos como una seña y de ahí empezar a discernir estos
cambios como prácticos e imprescindible para la humanidad.
En otras palabras, es necesario
considerar el autismo, no como una enfermedad que debe ser curada, no se
debe destruir a las personas autistas con drogas para, supuestamente,
convertirlas en personas normales. Por el contrario, debemos
estudiarlos, utilizar sus características para entender que en ellos, de
alguna manera, se revela el próximo estado de la humanidad.
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