A pesar de todo, los problemas cayeron sobre él, uno tras otro. Al final, llegó la noticia más amarga de
que una poderosa tormenta había destruido su casa y sus diez hijos
habían sido asesinados. Cuando él escuchó acerca de estos eventos,
después de esto, Job declaró (Job 1:21): Desnudo salí del
vientre de mi madre, y desnudo volveré allá; el Señor dio, y el Señor
quitó; bendito sea el nombre del Señor. La primera pregunta que aparece para cada uno de nosotros es, “¿fue el destino?”
Dr. Laitman: No hay accidentes. Hay fuerzas de la naturaleza que
actúan e influyen en todas las partes de la creación y en todas las
criaturas en general, y en partes separadas de las sustancias y en las
sustancias en general. Ustedes pueden relacionarse con ellas como les
plazca, pero en primer lugar, tienen que llegar a la conclusión de que
no se trata sólo de un destino ciego, sino de un proceso que atraviesa
toda la creación y que los incluye a ustedes.
A diferencia de las naturalezas del
inanimado, vegetativo y animado, nosotros tenemos la capacidad, con la
ayuda de la unidad y la conexión entre nosotros, de alcanzar un lazo
común, gracias a la cual dejamos de ser la parte nociva de la
naturaleza. A través de este, neutralizamos el desarrollo del mal. El
mismo desarrollo que debe existir, nos ocurrirá en la dirección
correcta.
Pregunta: ¿Se deduce que la libertad que se nos da se expresa en un cambio de actitud hacia lo que está sucediendo?
Dr. Laitman: No
se trata de una actitud interna solamente, sino que además es una
acción. Toda la naturaleza está unida. Y la humanidad dentro de esta
naturaleza se ha convertido en un factor negativo, dado que los
desacuerdos nos desgarran erigiéndose cada uno de ellos a expensas de
los demás; nosotros nos odiamos, nos distanciamos de todos, y nos
peleamos todo el tiempo.
De ello se desprende que, en toda la
naturaleza, sólo nosotros somos perjudiciales, por lo tanto nos suceden
todo tipo de desastres. Si nos conectáramos en unidad, acuerdo, cooperación y Arvut (garantía mutua), entonces, ciertamente, aceptaríamos las fuerzas que nos desarrollan de una manera positiva. La libertad se nos da para esto.
Pregunta: ¿Por qué específicamente Job, que era “íntegro
y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” es el que recibe golpes,
convirtiéndose en el símbolo de los sufrimientos humanos para todas las generaciones?
Dr. Laitman:
Si les preguntamos a las personas que nos rodean, entonces todas dirían
que son íntegras y rectas, como Job. “¿Yo soy malo? ¡De ninguna manera!
¡Soy un ciudadano decente y leal!” Así es como cada uno de nosotros se
refiere a sí mismo. ¡Nadie siente el desequilibrio en general! “Por mí,
que arda el mundo entero, lo principal es que esto me convenga; yo no
voy a sentirlo. Estoy listo para estar en una isla aislada en el corazón
del océano del mundo en llamas, y nada me preocupa”.
Eso también es lo que pensó Job:
“Gracias a Dios tengo todo, así que está bien”. Él era íntegro, recto
cuando las cosas eran buenas para él y cuando se volvieron malas,
también le dio las gracias al Creador:
“¡El Señor dio y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor!” En
última instancia él percibe lo que está sucediendo como la acción de la
fuerza superior en la que no puede influir en modo alguno. Yo diría que
se lo retrata como un tonto. Él acepta lo que ocurrió y lo que hay, pero
él mismo no hace nada.
Creo que lo mismo sucede hoy en día con
la gente. Pregúntenle a cualquiera: “¿Hay crisis?” Sí. “¿Hay cambio
climático?” Sí. “¿Es verdad que esto es peligroso?” Sí. Todos ven que no
hay trabajo, la gente está enferma, las parejas se divorcian y los
niños viven en la calle. ¡Todo esto es cierto, pero gracias a Dios! ¿Por
qué “gracias a Dios?” , ¿dónde están ustedes? ¿Cómo logran ser
“íntegros y rectos”? “Gracias a Dios.” ¿Esta es su actitud? ¿Así es como
debe ser? Entonces el sufrimiento continúa para que la gente cambie su
actitud hacia la vida.
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