No hay nada así. Después de todo, Esaú es un egoísmo primogénito, un
enorme vacío que debe llenarse. No hay escape de él. Si no hubiera
nacido el egoísmo, entonces universo no existiría. Es por eso que el
nacimiento comienza a partir del egoísmo. Después de nacer y manifestarse el
egoísmo, se hizo necesaria una metodología o un programa para el llenado
del egoísmo. En otras palabras, se requiere de algún tipo de símbolo,
de una intención con la cual sea posible utilizar una fórmula por medio
de la que este Esaú pueda ser manejado, llenado adecuadamente. De lo
contrario es imposible de llenarlo y satisfacerlo. Jacob es dicha fórmula. Es una función
útil, un mecanismo de apoyo que llena el egoísmo. En términos generales,
Esaú es toda la base de la naturaleza.
Pregunta: ¿Qué es el derecho de primogenitura de Esaú en nuestra época y para el Israel moderno?
Dr. Laitman: En primer lugar, “Esaú” y “Jacob”, “Israel” y “la gente del mundo” son sistemas completamente diferentes. Esaú es Esaú, él no puede hacer nada por
sí mismo. La única cosa que puede hacer es perseguir a Jacob con el fin
de provocarlo y obligarlo a realizar el auto llenado. Por lo tanto,
Esaú inicialmente dice: “Te venderé mi derecho de primogenitura. ¿Para
qué lo necesito? No puedo coger nada de él”. ¿Por qué Jacob compra la primogenitura? Con el fin de ponerla en práctica. Hoy nosotros somos herederos, los
descendientes de Jacob y de sus hijos que no hacen su trabajo. En su
lugar, preferimos la sopa de Esaú, como si estuviéramos en su nivel
deseando ser como él. Como si quisiéramos ser como las naciones del
mundo, entre las que vivimos. Me sorprende cuando veo lo que ha venido
sucediendo con el pueblo judío, lo que ha ocurrido con ellos. Parece
imposible la medida en la que le han dado la espalda y se han retirado
ellos mismos de su finalidad prevista.
Pregunta: ¿Cuáles son las consecuencias de este vuelo?
Dr. Laitman: Sólo
una, Esaú requería una solución para el problema, en otras palabras, su
llenado. Esto quiere decir, el plan de la creación se llevará a cabo a
través de Esaú. Cuando Esaú nos obliga y requiere que nosotros a realicemos, se le llama “el camino del sufrimiento” o en hebreo “Beitó”,
a su debido tiempo. Constantemente, a cada momento, el programa de
creación se ejecutará, pero todo el tiempo a través de la fuerza que
guía. Por otra parte, es deseable y en última
instancia necesario lograr el programa de creación a través del trabajo
de Jacob, consciente y voluntariamente, por su propia voluntad. Esto significa que, al final, el pueblo
de Israel, o aquellos que se llaman así hoy en día, deben pararse, debe
realizar su misión, su meta y es necesario que la alcancen todos, Esaú,
la humanidad; ellos deben llevar a cabo su tarea. Están obligados. No
hay ningún lugar hacia donde huir de ella. Resulta que la Parashá de la semana en curso describe tal destino, un destino del que no podemos escapar. Qué tipo de infamia, debilidad e
insignificancia estamos demostrando al querer abandonar y alejar de
nosotros mismos el rol de Jacob y disfrazarnos con la piel de caza de
Esaú. Es un tipo de estado despreciable, lamentable al que hemos
llegado.
Pregunta: ¿Quiere usted decir que hoy hemos confundido los roles?
Dr. Laitman: Sí.
Es por ello que todos los intentos de Esaú no son extraños, es decir,
toda la comunidad internacional nos trae de vuelta al estado correcto
hacia nuestro trabajo, hacia lo que tenemos que hacer por él, por su
bien. En general, por el bien del Creador. En otras palabras, nosotros debemos
tener el derecho de primogenitura y aplicarlo. Aunque de acuerdo a las
palabras de la Torá, puede parecer que lo compramos deshonestamente; sin
embargo todo sucedió realmente de esta manera. No es que Jacob le
“desviara” y le “mintiera” a Esaú; así fue como estos dos programas de
creación se “entrelazaron” y siguieron adelante juntos. Se asemejan a
una hélice de ADN de doble trenzado, que es la base de nuestras vidas. Es por esto, por supuesto, que tenemos que despertar y empezar a aplicar nuestro propósito para el que hemos sido destinados.
Pregunta: ¿Llenó a Esaú la sopa de lentejas que Jacob le ofreció por su primogenitura? ¿O se lamentó por el hecho de que la “compró”?
Dr. Laitman:
Esta sopa llenó parcialmente a Esaú. De lo contrario, el mundo en
general no habría existido. Sin embargo, en realidad es sólo una sopa. No obstante, nosotros constantemente
“alimentamos” al mundo con esta “sopa”. El desarrollo humano, el
progreso y la eterna búsqueda del placer ilusorio, todos ellos los
genera el pueblo judío. Si el pueblo judío no estuviera en su estado
roto, no habría ningún avance en este mundo. De hecho, los avances en la ciencia y
las innovaciones técnicas no son necesarios para el mundo. Nosotros se
los proporcionamos al mundo para que la gente tenga algo que hacer.
Pero, de hecho, esta es una consecuencia de que fallamos en nuestro
plan, en nuestra misión. Esto viene de la línea femenina, de nuestra madre común.
Pregunta:
Entonces resulta que hacemos sólo la primera parte, “alimentar al mundo
con una sopa”, pero no cumplimos con la segunda parte, la parte clave:
¿no compramos la primogenitura con ella?
Dr. Laitman: Sí. Tal es el Israel de hoy.
Básicamente cada porción semanal de la
Torá, si se analiza, al final, nos proporciona una respuesta negativa
acerca de la forma en la que implementamos nuestra misión. En última
instancia, todos los 52 capítulos del año nos afectan negativamente.
Después de todo, no nos regimos por medio de ninguno de ellos.
Pregunta: ¿Cómo se implementan esos capítulos?
Dr. Laitman: La forma más fácil, “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, esta es la principal ley de la Torá. ¡Nada más es necesario!
Pregunta: ¿Este es el derecho de primogenitura?
Dr. Laitman:
Este es el llenado, la aplicación del derecho de nacimiento. ¡Esaú
requiere esto! Él quiere amar, y nosotros le negamos esta oportunidad.
No le damos ni le creamos las condiciones para ello, y por lo tanto,
provocamos su odio hacia nosotros. Por otro lado, el final feliz de la
historia se conoce de antemano. La historia es como una película que ven
en el cine; todo está allí en la película, pero ustedes todavía están
en algún lugar en el medio preocupándose por los personajes. Es sólo
gracias a un final feliz que existimos, de lo contrario ya habríamos
sido destruidos hace mucho tiempo.
Pregunta: ¿Es esto porque no cumplimos con nuestro rol?
Dr. Laitman:
Sí. No es sorprendente que, una y otra vez a lo largo de la historia de
los judíos, se pone en pie, fuerzas supuestamente negativas ejercen
presión sobre nosotros y nos destruyen parcialmente. Lamentablemente,
esto es sólo una consecuencia de nuestra incapacidad para completar
nuestro programa. ¿Cuántos de estos casos hay en la
historia? En España, en Inglaterra, yo vi las antiguas sinagogas donde
fueron detenidos y quemados judíos. Ellos no supieron en absoluto por
qué razón. De hecho, ¿qué se requería realmente de ellos?. Sin embargo todos tienen la culpa porque
el pueblo judío inicialmente fue percibido como una “unión” única
conectada, de responsabilidad mutua (Arvut), unida en un único sistema para ser como un hombre con un corazón. En tales condiciones cada persona es
responsable de todos. Resulta que no hay personas malas o buenas; todos
somos igualmente buenos y malos. Es por esto que cuando alguien es
asesinado en algún lugar porque era judío, no tenemos derecho a gritar
que él no era de culpable de ninguna manera. Él tiene la culpa porque el
pueblo judío como un todo no cumple con su función. Cada hijo de esta
nación es su representante. Por el contrario, si las personas realizaran su función, no serían asesinadas. Esto nunca ocurriría. Después de todo, estamos en un sistema
que es bastante determinante en el que no puede haber inconsistencias,
espontaneidad ni accidentes. Esto no ocurre en la naturaleza. Este es un
sistema enorme, continuo e ideal.
Pregunta: Resulta
que al no cumplir con el principio de amar a tu prójimo como a ti
mismo, nosotros vemos al mundo a través de los ojos de Esaú y no los de
Jacob. El mundo nos presiona como Esaú, ¿ahora qué?
Dr. Laitman: Es necesario alcanzar el punto en el que todos los miembros de la nación de Israel se sientan culpables. Yo escucho las noticias de todo el mundo
y me siento culpable de lo que está sucediendo. Como resultado del
estudio de la Cabalá, empecé a sentirme avergonzado de mirar a la gente
del mundo. Lo mismo va para el pueblo judío, porque
tengo que entregarles esto a ellos, pero todavía no puedo. Yo “le doy
nacimiento” al sistema de explicación, a la difusión y a la capacitación
a fin de que los demás escuchen, entiendan. Me siento culpable hacia el
resto de la gente.
Pregunta: ¿Por qué?
Dr. Laitman: Debido
a que millones de niños en África están muriendo, porque la gente está
sufriendo de algo, de calor o de frío, por sus problemas, conflictos y
luchas, por algunos fenómenos naturales, ya sean humanos, inanimados,
vegetativos o animales. Guerras, virus, huracanes, tsunamis, terremotos,
erupciones volcánicas, es necesario entender que todos estos suceden
debido a que no cumplimos nuestra función, nuestra misión. Debemos educar a nuestra gente para que
se sienta culpable. Debemos llevar a la gente a la verdad en la que esto
no la estrangule ni la bloquee, no la lleve a la locura, al suicidio,
sino que la anime y la empuje hacia delante de tal forma que vea que
debe y al mismo tiempo que es capaz de hacer la corrección del mundo.
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