Por otro lado, nosotros debemos
relacionamos con estos asuntos sólo con el Creador, dado que “no existe
nadie más aparte de Él”. Para mí, esto es muy confuso. No sé cómo
relacionarme correctamente con esta situación.
Dr. Laitman:
Desde “no existe nadie más aparte de Él”, entendemos que todos los
problemas provienen de Él. ¿Quién los moldea? El Creador. Pero ¿por qué
hace? Porque Él tiene que llevarnos a un estado de completa corrección (Gmar Tikkun).
¿Por qué, Él nos envía los problemas y los hacen tan terribles? Porque
todavía no hemos logrado similitud de propiedades con Él hasta tal grado
que podamos considerar Sus actos como actos de benevolencia. A menos que uno alcance la revelación,
es incapaz de comprender la imagen completa. Al aplicar esfuerzos sin
darnos cuenta de la esencia del por qué exactamente estamos
esforzándonos, le damos aún más placer al Creador. Nosotros tenemos que
aceptar este estado de cosas. Hay varios aspectos que debemos tener en
cuenta al respecto. Por todos los medios, el Creador organiza todo de
acuerdo al programa que tenía previsto de antemano y por medio del cual
Él quiere llevar a todos a la unidad y hacer que nuestra conexión sea
similar a la Luz Superior. Para ello, todos los fragmentos rotos de la
creación deben reconectarse y otorgarse unos a otros, logrando así
similitud con la naturaleza otorgante de la Luz De esta manera deben reunirse todos los
600.000 fragmentos para que la forma de otorgamiento mutuo entre ellos
se vuelva similar a la Luz que los llena. Este tipo de otorgamiento de
hecho es la Luz que los llena. ¡No existe otra Luz! Sólo existe el
atributo de otorgamiento y amor. Cuando nos corregimos a nosotros mismos y nos relacionamos con los demás con amor y otorgamiento, la Luz llena nuestra vasija, Kli.
¡Nunca habrá nada, además de este! Construiremos este tipo de
relaciones entre nosotros con la ayuda del Creador, de la Luz
Retornante. Entonces, esto significa que recibimos
la energía desde Arriba que nos permite conectarnos con los demás en la
medida de nuestra necesidad de conectarnos; nuestra unidad es de hecho
la Luz que nos llena. No necesitamos nada, además de eso, la conexión
general que construimos es el Creador. ¡Nosotros somos los que
“construimos al Creador”! Nosotros somos los que tenemos que rellenar
todos los estados que atravesamos. Cualquier cosa que nos suceda es una
revelación de la ruptura. Esto explica por qué los profetas
escriben sobre cosas que están a punto de suceder antes del final de la
corrección. Ellos describen guerras, masacres y otros eventos terribles
porque vieron la vasija general, el deseo, completamente fracturado de
arriba a abajo. En cada una de sus capas, previeron qué podría suceder.
Sintieron el futuro porque eran conscientes de las terribles relaciones
entre los elementos de la vasija rota. Sin embargo, sus predicciones se harán
realidad solo si no corregimos el mal que está revelándose gradualmente
en nosotros. El mal se despliega de acuerdo a nuestra disposición para
corregirlo. Cuando estemos listos, atravesaremos el proceso de la
revelación del mal en nosotros con deleite, como escribió Baal HaSulam: “Estoy feliz de ver a los pecadores que surgieron”.
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