Desde luego, no les contesté esta
manera, pero su posición es comprensible. En el pasado, ellos crearon
lugares de trabajo, distribuyeron bonificaciones, premios y través de
los medios de comunicación, han difundido rumores de que han utilizado
su riqueza para cuidar a los demás.
Hoy los ricos no tienen nada que
compartir, aunque lo quisieran. La gente de repente se siente vacía por
dentro en vez de sentir los impulsos naturales previos de “¡yo quiero
esto, esto y esto!” Ahora, no es posible construir un nuevo deseo en
su interior; ¿que los llenará si no hay deseo, si no hay carencia?
¿Ustedes suponen que un artista o
compositor al entrar en un supermercado pueda realizarse a sí mismo al
cien por cien? ¡No! Él debe comprar productos para mantener y fortalecer
su cuerpo, pero lo más importante para él es llenar sus necesidades
internas. Tal situación hoy es típica de la gente común. ¿Por qué?
Porque la naturaleza ha dejado de despertar en nosotros los deseos a los
que estamos acostumbrados de recibir a través de algún canal y de
repente encontramos un vacío.
Las protestas masivas se han convertido
en un fenómeno habitual en la actualidad. ¿Por qué estas personas salen a
la calle? Ellas están buscando un llenado. No les importa quién
gobernará, porque piensan que a través de ellos encontrarán nuevos
llenados y aprovechan alguna fuente como el propósito de vida. Pero,
¿qué puede hacerse? Esto no sucederá. Ellos están dispuestos a cerrar
los ojos, a desvanecerse consumiendo drogas, sólo para no sentir el
vacío. La mitad de la humanidad se ha hundido en la depresión. Debemos
entender que no tienen otra posibilidad.
Así que los líderes han perdido su
estatus entre las masas. Si en el pasado las masas anhelaban la riqueza,
el control y el respeto, en la actualidad esto ya no existe. Ellos no
ven personas a las cuales puedan rendirles culto entre sus líderes. Hoy
los líderes son peores que la gente sencilla, y ellos también los
desprecian, preguntándose ¿por qué deberían malgastar sus vidas en
ellos?
La generación más joven, que está entre
los 15 y los 30 años hoy, los percibe exactamente de la misma forma.
Sólo las personas mayores permanecen en ese viejo paradigma. No hay
salida para las personas influyentes que no sea darle a la gente la
Educación Integral. Sólo de esta manera estarán en condiciones de
mantener su influencia e incluso elevarse a un nuevo nivel cualitativo
ante los ojos de la sociedad.
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