Isaac
representa la línea izquierda. Esaú y Jacob representan dos líneas que
se derivan de él. Ninguna de las dos puede existir sin la otra.
Jacob era el que estaba destinado a
recibir la bendición, ya que él fue elegido para definir y ejecutar todo
el proceso de corrección. Él es el que lo proporciona todo para lograr
el estado corregido al final del proceso.
Sin embargo, Isaac dio a luz a Esaú
porque es absolutamente imposible avanzar sin su línea. En esencia, la
línea de Esaú es la línea del deseo, del vacío, de la necesidad y de la
demanda de llenado. En otras palabras, Esaú significa una sensación de
vacío, el sufrimiento y la persecución.
Es por eso que Esaú se fue al campo
(campo de vida), que significa la base de la existencia humana en la
capacidad de un sujeto relativamente libre. Sin esta base, la vida
humana no tiene significado alguno. Sin la cualidad llamada Esaú, no se
puede pasar a un estado llamado Adam (hombre), y así permanece
en el nivel animado. Esto explica el por qué Esaú era el primogénito de
Isaac a quien se suponía que debía transferirle todo lo que tenía.
Por el contrario, para la esposa de
Isaac, Rivka, no fue así porque el programa de la creación era
originalmente inherente a Jacob, no a Esaú. En esencia, Jacob no es
descendiente de Isaac, sino de Abraham. Él es el hijo de Isaac, pero no
su primogénito.
Este acuerdo demuestra claramente que el
programa de la creación es un factor auxiliar, mientras que el asunto
de la creación es lo básico. Lo mismo se aplica a la naturaleza. A pesar
de que Israel (“una
cabeza para mí”, ראש לי) es la cabeza de la humanidad, la humanidad
todavía es el material básico del deseo que tiene que conducir a la
unidad, a la adhesión con el Creador.
Pregunta: ¿Esto quiere decir que Esaú (un deseo vacío que exige llenado) representa el mundo contemporáneo?
Respuesta: Las
fuerzas más oscuras y más fuertes tienen que ser convertidas en las más
livianas. El pueblo judío está obligado a llevar a las masas a la
fusión con el Creador. El Creador está esperando a Esaú, mientras que
Jacob está asignado a cumplir con su rol.
Esta es una batalla por el liderazgo,
por cuál de ellos es más importante. Se trata de la división de las
funciones de la identificación de qué tipo de conexión con el Creador
aguanta cada uno de ellos. El combate continúa hasta el último estado,
en cuyo momento la competencia entre ellos se convierte en la conexión y
la reposición del uno al otro. El egoísmo no puede alcanzar este
resultado por sí solo.
De hecho, Jacob no entendía muy bien por
qué estaba involucrado en este tipo de molestia. Era un niño de mamá;
él no tenía deseos inmensos, ni necesidades sin fondo como los tenía
Esaú. Por otra parte, Esaú es enorme, fuerte y poderoso, pero al mismo
tiempo se siente infeliz y vacío. Tenemos que entender su rol poco
envidiable. Si miramos la desgraciada, infeliz doliente humanidad que
gana miles de millones de dólares sin ninguna pista de qué hacer con
ellos, es muy duro envidiarlos. Esaú representa las masas en general que
tienen que ser traídas al orden.
Esaú exige una respuesta de Jacob. Los
antisemitas más destacados, como Henry Ford, entendieron este hecho y
escribieron sobre él. Sin embargo, los judíos todavía quieren escapar
hacia América y asimilarse allí. Ellos hacen lo posible por no ser
identificados como judíos.
Pregunta:
Jacob también hizo leves esfuerzos para resistirse a su misión, pero su
madre lo obligó a perseguirla. De hecho, ¿quién es “la madre”? ¿Quién
empuja el pueblo judío para que actúen como Jacob?
Dr. Laitman: La madre es una propiedad de Bina.
Es un atributo de otorgamiento y amor que se da cuenta claramente de
que de lo contrario nunca será implementado en la balanza de toda la
humanidad.
Esta madre en particular tiene dos hijos, quienes nacieron del amor llamado Bina.
Ellos sólo han sido divididos con el fin de mostrarle a la humanidad la
forma de unir las propiedades de Esaú y las cualidades de Jacob y de
demostrarle a la humanidad cómo dirigir correctamente estas cualidades.
La propiedad llamada Jacob tiene que cubrir las cualidades de Esaú con
la intención. Si esto sucede, todo saldrá bien.
En general, ninguno de los hermanos
puede ser culpado por cosa alguna. Sólo mediante la adquisición de una
auténtica libertad podemos ponerlo en práctica en la vida. Yo diría que
en la actualidad estamos pasando por este estado. Aunque no es actual
per se, sino que comenzó en la época del Ari, en el siglo 16.
Sin embargo, estamos bastante
retrasados. ¡Miren lo que está pasando en el mundo! Tenemos que cumplir
con la misión de Jacob tan pronto como sea posible. De lo contrario,
Esaú presionará sobre nosotros aún más fuertemente. La cosa más
importante es darnos cuenta que somos nosotros los que desencadenamos la
presión al no hacer nada.
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