No, la venida del Mesías es la revelación de la fuerza que sacará a la
humanidad de su antiguo yo, a aquellos que la entienden, la anhelan y
también a los que ni siquiera sienten que están en el ego. Por lo tanto se nos dice que el hombre
tiene que estar en uno de los dos estados extremos, en el buen estado o
en mal estado. Sabemos esto de acuerdo a nuestros estados espirituales
diarios.
Pregunta: ¿Hay un estado intermedio?
Dr. Laitman: Los estados intermedios no despiertan la necesidad de redención. ¿Redención de qué? Yo debo esperar y anhelar que esta
fuerza venga a mí. Es necesario desear tal estado, y yo, con toda la
fuerza, debo exigir al Mesías, atraer esta fuerza hacia mí y tratar de
actuar de tal forma que me jale hacia adelante. Estoy a la espera del momento en que sea redimido del ego, cuando éste me eleve al amor, otorgamiento general y se extienda en todo el universo de tal manera que yo no me sienta a mí mismo sino sólo lo que hay afuera de mí. El otro estado es completamente opuesto
al primer estado. Es completamente egoísta, salvaje y da miedo. Pero
precisamente al estar en él, entiendo que soy un egoísta completo. No
espero y no clamo, porque entiendo que existo en él y siento el ego como
algo malo. En cada grado de desarrollo espiritual,
nosotros pasamos de forma alternada entre los dos estados. La transición
de un grado a otro sucede en analogía con el cambio de formaciones
sociales. Si la sociedad no rechaza su estado actual por completo, no
puede cambiar en sí, es decir, realizar una revolución natural y
elevarse al siguiente grado. Ella debe romper todas las relaciones que
la conectan con este grado y elevarse. En otras palabras, con el fin de
elevarse a un grado más alto, tiene que acumular un potencial negativo. Además, debe haber cierta difusión entre
el público, el consentimiento de las masas, la tensión interna en la
sociedad, la lucha entre las diferentes clases, etc., lo cual siempre
cambia el sistema. Mientras tanto, yo no veo estas señales en la
maduración interna de la sociedad. Por lo tanto, aún no entramos en el
período del Mesías”.
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